martes, 6 de marzo de 2018

Chivatas


Por Ángela Eastwood.


—¡Mírala!  Papá se ha apiadado de ella y la ha liberado un rato. Ya. Las dos sabemos cuánto la quiere. Sí, tienes razón, es su preferida. ¿Qué dices? ¿Que no entiendes cómo ha podido  soltarla después de lo que te hizo? Yo tampoco. Ni mamá. Justo ayer los oí reñir por eso. Mamá le dijo: «no la dejes salir, querido, ni para tomar el aire. Ya has visto que no está bien de la cabeza. ¿Acaso quieres que vaya también a por la otra? ¡Por el amor de dios! ¿Quieres ver otra lengua sangrando y palpitando sobre el barro?».

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