lunes, 5 de octubre de 2015

Cuando cierro los ojos te llamo


Seudónimo: Berenice.
Autora: Ángela Eastwood.


Tú lo sabes, vieja,  estabas allí cuando llegué descalza y bañada de luna. Viste resbalar mis prendas y cómo acariciaban estas, en su descenso, mis pechos de mandarina y la cintura frágil. Seguiste con la mirada mis pasos dubitativos, mientras ocultaba con las manos las vergüenzas de mi cuerpo.  Eres su esposa, dijiste, ofrécele tu coño tierno y él te llevará al cielo con su lengua certera. Si sabe dibujar círculos con ella no tendrás miedo a lo que vendrá después. Me viste meterme en la cama y acariciar aquella verga mustia con mi manita inexperta. Céntrate sobre todo en la polla, dijiste, y acaricia también esa bolsa sementera donde guarda los hijos que te dará.  Y lamí aquel pellejo desmayado hasta que despertó del letargo.  Seguí lamiendo después, cuando ya toda la sangre de su cuerpo se concentró allí.  Tú viste su  mirada enloquecida y oíste cuando ordenó: date la vuelta. Viste cómo me agarró del pelo y me clavó por el culo aquel muerto revivido con saliva mía. Lo viste hincándome los dientes en el cuello, sujetándome, como se hace con  las perras durante el apareo. Tú estabas cuando, muerto de placer,  mi marido susurró: Fernando, mi amor.

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