lunes, 4 de noviembre de 2019

Esos hijos (de puta)

Buenas noches.
Me alegra ver tantas caras nuevas. Bueno, quizá que sea la primera vez que hago esto tiene algo que ver.
Hoy les vengo a hablar de los hijos. De esos señores bajitos que viven en nuestro hogar y que en su infancia no eres capaz de meter en casa y en su más puta madurez no eres capaz de echarlos. Y no me extraña; si es que les tratamos como huéspedes de un hotel y les concedemos todos sus caprichos: quieren un móvil, lo tienen; quieren una tele en su cuarto, la tienen, quieren meterte en un asilo a los cuarenta, y tú ya vas mirando catálogos para ayudarles.
Yo le llevo diciendo a mi hija desde que tenía siete años, que cuando fuera mayor de edad le iba a poner una maleta en la puerta para que la llenara de ropa y se fuera buscando casa. El domingo pasado cumplió los dieciocho. Le dejé la maleta en la puerta y al cabo de una hora me llama, que ya la tiene hecha. Y le dije que me alegraba de que hubiera encontrado casa; tonto de mí cuando le pregunté que dónde iba a vivir. "Aquí" me dijo. "¿Dónde voy a estar mejor? Tú te vas con el abuelo, te hice la maleta. ¿Qué prefieres: boxer o slips?" Y ahí me dejó, en la puerta de la casa de mi padre con una maleta de Hello Kitty llena de calcetines y calzoncillos.
Y la culpa fue mía. Sí, porque no me di cuenta de lo rápido que crecen los niños. Sin ir más lejos, el otro día le dije a mi mujer "Oye, cari, ¿quién es el señor del bigotillo que está revolcándose con una en el sillón?" "Tu hijo Luisito, ¿quién va a ser?" Pero si hace dos días estaba enseñándole a montar en bici y ahora se lo monta él en mi sofá.
Pero eso sí que no se lo consentí. Me planté allí y le dije que mi casa no era ningún motel al que podía llevarse a una chica para darse un revolcón. Les mandé levantarse del sofá e irse con viento fresco. Y su respuesta fue "¡Mamá, papá no me deja estar en el sillón!". Encima me llevé la bronca de mi mujer por no dejar al niño intimidad. Le dije que si querían intimidad que se fueran a un hotel. Y además de pagarles la habitación, tuve que llevarles yo porque estaba en las afueras.
Con lo monos que son los niños cuando son pequeños. En esa época en la que solo duermen, comen y cagan. Que lloran, les cambias el pañal. Que sigue llorando, les acunas un poco. Que siguen llorando, ¡toma!, una teta en la boca. De adultos no funciona, créanme, y si encima pides que te metan una teta en la boca lo que te meten es una hostia y una denuncia.
Hay quien dice que los niños también son muy graciosos cuando empiezan a dar sus primeros pasos o cuando empiezan a hablar. Yo no estoy de acuerdo. Cuando empiezan a caminar, el siguiente paso es empezar a seguirte, y ya se acabó tu individualidad como ser humano, has pasado a tener un parásito siguiéndote allá donde vas. Y cuando empiezan a hablar tampoco es gracioso. Cuando saben hablar saben pedir, y ahí ya estas jodido. La palabra "quiero" va asociada a tu posición para exigir algo, no para mostrar cariño hacia ti. "Papá, quiero una consola", "Papá, quiero que me lleves al cine", pero no te dicen "Papá, te quiero" sin pedir algo a cambio.
Con las madres funciona diferente la cosa. Las madres son más… no sé, madres. Si tú les castigas sin televisión se lo pasan por el arco del triunfo, eso sí, como una madre castigue sin tele… Una vez mi madre dijo "No se vuelve a ver la televisión en esta casa". Eso fue cuando enterraron a Franco. Hoy me enteré por una vecina que lo han desenterrado. Será para que en mi padre pueda ver la tele de nuevo.
Y hablando de madres, un día, cuando mi hija era pequeña, se me ocurrió hacerle la inocente pregunta que se le hace siempre a un hijo.
"¿A quién quieres más, a papá o a mamá?". (¡ERROR!).
"A mamá".
"¿Y después de mamá?". (¡OTRO ERROR!).
"A mamá".
"¿Y después?". (ENCIMA DE GILIPOLLAS, MASOCA).
"A mamá".
"¿Con quién estás hablando ahora?" (ESTA VEZ TIENE QUE DECIR PAPÁ POR COJONES).
"Tú no eres mamá"
En fin amigos, que si una tarde están aburridos en casa con su pareja, mejor que jueguen una partida de parchís. A la larga les resultará más satisfactorio.
Buenas noches.

Consigna: Un monólogo (tipo Club de la Comedia) con tema libre.

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