martes, 14 de agosto de 2012

DE LA CANTERA A LAS BAHAMAS.

Por José Alonso Casas.


                                   La oficina se ubicaba en el tercer piso del edificio Central, tenía tres ventanas a la calle, una de las oficinas más exclusivas del inmueble, ahí había despachado por más de quince años el abogado  Mauricio Galvan de la Rosa, representante de los mas excéntricos personajes de la ciudad, todos ellos involucrados en crímenes ligeros, excepto el nuevo millonario Rene Gutiérrez Fernández, quien apenas hacia un año había ganado un premio más o menos grande en la lotería, lo que le permitió ampliar su negocio y llegar a una fortuna también más o menos grande, lo que lo volvió más bien paranoico y desconfiado hasta de su abogado.
Ambas personas están desaparecidas, la oficina del abogado tiene una de las ventanas rotas, en la banqueta, no hay manchones, quebraduras ni hundimiento del cemento, solo se encuentra un mensaje en la maquina contestadora del despacho:
-Mauricio, habla Rene, no tengo mucho tiempo, te veo en el despacho para que me expliques por que carajos me llego un citatorio por lo de la Matilde, más vale que tengas una buena explicación cabronsísimo…
En la jefatura de policía lloraba una mujer de edad mediana, juraba haber visto a Rene portando una pistola, entrar en el edificio e irrumpir en el despacho del Licenciado Galvan de la Rosa, entre sollozos, le explicaba a Ramiro Velásquez, detective de la policía que tomo el caso al ver a tan singular (y atractiva) fémina desesperada por la desaparición de su jefe abogado.
-Le juro que en mi vida había visto en persona al Sr Gutiérrez, lo vi alguna vez en el periódico en esas exposiciones de pinturas grotescas o de algún evento a beneficio del manicomio o del hospital civil, pero nunca en persona, hasta ese día.
-¿Qué fue lo que vio? ¿No vio hacia donde se fueron los cuerpos?, tuvo que haber alguien abajo que se los llevara…
-No oficial, yo me asome inmediatamente cuando se lanzaron por la ventana, agarrados de los brazos, los vi tirados retorciéndose en la banqueta, de un tercer piso se me hace difícil que sobrevivan, pero le juro que estaban vivos los dos, mal heridos, pero vivos.
-¿Entonces usted cree que se levantaron y se fueron caminando?
-No, alguien se los llevo, alguien que tenía pendientes con los dos, ya ve que esa gente tiene enemigos hasta en un jardín de niños.
-Ya veo, déjeme anotar esto, le doy mi tarjeta para que me llame en cuanto recuerde algo mas, o si algo se le ofrece, estoy disponible las 24 horas para usted.
-Gracias oficial…
-Dígame Ramiro, si le da más confianza…
-Me inspira menos, pero en fin, gracias Ramiro.
Salió de la jefatura enjugándose las lágrimas y encendiendo un cigarrillo.
-Como que está muy fuera de alcance ¿no mi capitán?
-Nada de eso Gil, sígame, vamos a ver que encontramos alrededor del edificio Central.
El barrio de la Cantera no era el mismo que hacía 20 años, en ese entonces el lujo y la opulencia reinaban en sus calles, poco a poco se fueron infiltrando entre su gente vendedores de drogas de poca monta, casi imperceptibles, padrotes disfrazados de empresarios, que se daban a notar por sus trajes pasados de moda y sus relojes dorados con manchas en las canillas, con todo eso vino la decadencia del barrio, los vecinos empezaron a emigrar a la colonia del Carmen, donde encontraron más tranquilidad, la Cantera ya estaba a punto de hacerse polvo.
Después de unas cuantas entrevistas entre informantes y chulos, Velázquez supo que el tal Rene manejaba una red de distribución de drogas al menudeo en seis esquinas del barrio, pero cuando se gano la lotería doto de armas cortas a sus vendedores y les dio órdenes de adueñarse de las demás esquinas del barrio, fuera cual fuera el precio, con dinero, armas y un montón de criminales novatos, su ejército se hizo casi indestructible en las pequeñas esferas del hampa.
Gil, nervioso, sugirió que fueran a la oficina del abogado, había algo que no terminaba de convencerle, el hecho de que hubieran saltado los dos por la ventana y no hubiesen dejado huella alguna en el pavimento, no tenía sentido que, como dijera la mujer, quedaran vivos después del impacto, y mucho menos que “alguien” se hubiera llevado los cuerpos, eso solo podría significar que el crimen fue premeditado y planeado, lo que no era precisamente lo descrito en el desarrollo de los hechos.
La puerta de la oficina estaba abierta, salía humo del despacho, olía a cigarro barato, las pisadas en el piso de duela eran lentos, pesados, casi arrastrándose, había un bastón de ébano recargado en el escritorio de la secretaria.
Velázquez saco su revólver, dio una instrucción con la cabeza a Gil de quedarse en la puerta de la oficina, este, saco su escuadra y la puso tras sí, alerta a cualquier movimiento en el pasillo.

Velázquez estuvo a punto de tocar la puerta, pero se dio cuenta que los pasos dentro del despacho se detuvieron en cuanto puso la cara en el marco, se escuchó el ruido del sillón al recibir el peso de un cuerpo, giro la perilla, cuidadosamente empujo la puerta y con el revólver por delante quedo dentro, un puro barato reposaba en el cenicero del escritorio, y junto al librero se recargaba el mismo Rene, con la cara destrozada por la parte derecha, heridas que ya habían infectado, algo de sangre seca y una pistola en la mano derecha, Velázquez lo había visto al igual que la mujer desesperada en periódicos, o en fotos de revistas de socialite, pero la imagen que tenía enfrente (a parte de la repulsión), le causaba dolor ajeno, casi lastima.
-Era inevitable que viniera por acá capitán, lo estaba esperando, lo he estado esperando desde el día tres, me he tenido que alimentar de lo que este miserable puso en el frigo bar del despacho el mismo día que paso todo, anchoas, frascos de pepinillos, ¿Sabes como saben los pepinillos solos?, me refiero a, sin un hot dog o una hamburguesa que los cobije, ¡Horrible!...
-¿Que estás haciendo aquí Rene?, se supone que saltaste de la ventana con el abogado, no deberías estar aquí, mas bien, no deberías estar vivo…
-Las cosas pasan por algo mi buen amigo, ahora que ya tienes poder sobre mi te diriges a mi persona como si me conocieras de toda la vida y te das incluso el lujo de hablarme de tu, ¿No te parece que aun en estas circunstancias deberías guardar el respeto que se merece una persona de la high class?...
-Te conozco lo suficiente  Rene, no nos hagamos pendejos, el hecho que hayas ganado la lotería no te hace de la high, a cualquier mono cilindrero lo pones en un ladrillo y se marea, así te ocurrió a ti, se te salió de las manos, perdiste el control, ¿Pensaste que Matilde nunca te delataría verdad? ¿Cuánto tiempo crees que iba a pasar para que todo tu alrededor se te pusiera en contra?¿Cuanto para que tu pendejada de meter menores de edad a tu negocio se diera a notar? ¿Cuánto lepe reclutaste Rene? ¿Cien? ¿Doscientos?, lo que mas me da coraje es que pensaras que no me iba a dar cuenta, te seguí desde el principio, cuando supe que te habías muerto se me cayó el caso, pero ahora que te encuentro…
-Lo que herraste es lo que pasa después amigo mío, es cierto que los chavalillos querían dinero fácil, yo se los di, protegiendo sus familias y sus amiguillos mariguanos, lo que te falta es el hecho de que el abogado no esté en ningún lado, ¿no te parece curioso que justamente cuando se supo de su desaparición la mujer esa te fuera a visitar?, ¿Qué no es más que evidente que ella tiene algo que ver en la desaparición del cuerpo?, un par de tetas jala más que una yunta ¿no?, pues así te paso a ti mi amigo, te falto la perspicacia para darte cuenta que mientras ella te mostraba su escote y te dejaba babeando con sus gemidos de mujer adolorida el cabron del abogado se fugaba con más de medio millón de dólares producto de mi negocio, aunque hasta eso, fue decente, me dejo las llaves del despacho en la bolsa del saco mientras me empujaba a la ventana, ¿calculado? Por su puesto, yo iba a amortiguar la caída en el toldo del convertible con mi cuerpo, más robusto que el de él, estuvimos haciendo pruebas en mi hacienda…
-El convertible, la mujer llego en un convertible a la jefatura…
-Apuesto a que tenía debajo el capote…
-¡Mierda!, ¡Le di mi tarjeta! ¡Pero qué pendejo soy!
-¿Por lo de la tarjeta?...
-No, por no conectar ese perfume que traía con el perfume de Matilde, el mismo aroma, el mismo porte de…
-¡Ja! No te atrevas a insultarlas Sherlock, no va con tu porte ¡ja j aja!
-Entonces el abogado Galvan…
-Fácil, ahora ha de estar en Bahamas con Matilde y con Lucy, la mujer que fue a visitarte, esto del negocio se estaba poniendo demasiado peligroso, necesitábamos una buena jugada: Matilde me delataría con la policía por vender drogas en las esquinas y reclutar menores de edad para ello, pero se callaría la parte de los “servicios ejecutivos “ (si sabes a lo que me refiero) que mantenía con ella, Lucy y otras cinco chicas mas, uno de nuestros clientes más frecuentes era…
-El abogado Galvan…
-Exacto, pero mientras mas crecía el negocio de las esquinas, más dinero pedía el abogado para mantener a la policía fuera de esto, el caso es que hubo que asesinar a ambos para que las cosas no llegaran más lejos, su mujer ya tenía identificado al proveedor de servicios y al producto que consumía, mi competencia cada vez me pisaba mas los talones, así que orquestamos este drama, ahí entras tu…
-¿Y por qué yo?
-Porque eres el menos entre los mas, tu no dejarías cabos sueltos (eso pensé), le entrarías a  la investigación con todas las de la ley, haciendo preguntas, poniendo pesquisas, creyéndote todo un CSI, así sabría el público en general y mis fans que el caso era serio y que ni Galvan ni yo existíamos mas, que la justicia llegaría a su clímax cuando encontraras al culpable de este crimen, y te dieras cuenta de que el que mas estaba coludido conmigo y con Galvan era ni más ni menos que el capitán del departamento de investigación de la policía, o sea, tu.
-Eso no va a pasar Rene, no me vas a incriminar en tus porquerías, levanta las manos, estas arrestado por conspiración publica y asesinato, trafico de drogas y prostitución…
-No capitán, levante las manos usted…
Gil le apuntaba con su escuadra a la cabeza, le tomo la mano derecha y la puso en su cintura, al ponerle las esposas Velázquez se dio cuenta que tenia puestos unos guantes quirúrgicos.
-Solo hacía falta el héroe de la película mi capitán, y ¿Qué cree?  Acabo de hacer mi primer filme por cien mil dólares, ¿Voy que vuelo para Brad Pitt no?

Los encabezados de la prensa mostraron el cuerpo de Velázquez en una esquina del barrio de la Cantera, con los brazos abiertos, un balazo en la frente y la leyenda de  “Cae cabecilla de narcomenudeo y prostitución de la Cantera, mismo autor del asesinato del Abogado Mauricio Galvan de la Rosa quien llevaba el caso de denuncia en su contra y el millonario Rene Gutiérrez Fernández cliente del abogado y victima circunstancial”.
Gil es capitán del departamento, héroe local, policía ejemplar.


1 comentario:

  1. genera cierta intriga que gusta, hay humor, hay calle. Me gusto en general capaz que la lectura esta toda muy junta

    mich

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