Basado en Truenos de Antonio Tomé Salas.
Estaba en la cama, el tercer trueno iluminó toda la habitación,
con el corazón en la mano, la garganta cerrada.
El rostro pálido me miraba.
Se apagaron las luces de la
habitación y Nicolás se preparó para dormir, tomó su vieja lámpara y la pasó
del lado derecho de su almohada y empezó a soñar.
La habitación estaba oscura,
pero había una luz que momentáneamente la iluminaba por completo y es era la de
los truenos de la tormenta que estaba a punto de llegar, la tormenta iniciaría en algún momento, pero eso no garantizaba que fuese una noche tranquila.
Un trueno sonó ferozmente y el
aire corrió como un caballo salvaje, Nicolás solo acomodo su cabeza del lado
izquierdo. Un segundo trueno fue aun mas violento que el anterior, Nicolás
abrió los ojos y vio por la ventana que el cielo estaba rojo fuego, creyó que
la tormenta había pasado, entonces se levanto a correr las cortinas y regreso a
la cama.
Al momento de acomodarse para
volver a acostarse, un tercer trueno lo sorprendió e
iluminó toda la habitación dejándola completamente blanca y a el dejándolo
ciego por 5 segundos, cuando recupero la visión no pudo creer lo que veía, las
luces se encendieron poco a poco y todo se iba poniendo amarillo. Alguien se
asomó a la puerta del ropero de enfrente, era un cuerpo que vestía de traje
color verde, algo distintivo es que tenía una enorme sonrisa y su piel era
pálida.
Hay quienes corren en busca de
refugio al ver a un extraño en su casa, pero Nicolás con el corazón en la mano
y la garganta cerrada pregunto quien estaba ahí, que quien era aquel rostro
pálido que lo miraba fijamente y se reía.
- Me marchare si haces lo que
te digo, tienes que tomar papel y un marcador y tienes que dibujar tu casa y
alrededor otras casa, y tienes que tachar al menos 5 casas -, dijo la entidad
con voz metálica.
Convencido por este, Nicolás
dibujo y tacho las 5 casas, dos al lado derecho, dos al izquierdo y una al
frente, y este le dio el dibujo.
-Mi energía se está agotando,
debo irme - el hombre tomó el dibujo. Un segundo después cae al suelo. Su cadáver
se deshace en una montaña de cenizas.
En tanto, amanece Nicolás sale
a la calle, no puede creer lo que ve,
las casas vecinas han sido destruidas tal como en el dibujo.
Y una nota colgada en su puerta
dice con sangre: Gracias por ayudarme.
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