Basado en Templo de Axel S. Salas.
Él y su hijo apenas parpadearon.
La multitud de la iglesia se volvió a ellos.
El hombre que colgaba desnudo sobre el altar era vecino suyo.
El hombre que colgaba desnudo sobre el altar era vecino suyo.
Apenas
llevaban un mes viviendo en su nuevo departamento y ya comenzaban a sentirse
placenteramente cómodos y, por qué no, en su hogar. La renta era económica y el
lugar era confortable para la convivencia de dos personas. Ramiro e Ismael eran
padre e hijo, quienes tuvieron que dejaron todo atrás cuando un incendio
accidental había acabado con el patrimonio que tanto esfuerzo les había
costado. Sin embargo esa pérdida era mínima en comparación al hecho de haber
perdido a Amanda, esposa y madre, como consecuencia del terrible accidente.
Tras cobrar el seguro y realizar los penosos trámites correspondientes a la
cremación de los restos de su mujer, Ramiro había decidido poner tierra de por
medio entre su vida pasada y lo que le deparará el futuro, decidiendo llevarse
a Ismael a otra ciudad a comenzar una nueva vida.
Además
contaban con la amabilidad de 10 vecinos que ya tenían muchos años viviendo en
los departamentos, y quienes todos los días se encargaban de llevar a la
pequeña familia muestras de amabilidad en forma de pasteles, golosinas y platos
fuertes ricos en grasas. Además vivía una pareja de recién casados, un poco
pasados de peso, desde el punto de vista de Ismael, que se habían mudado dos
semanas antes que Ramiro y su hijo. Con el tiempo Ramiro se dio cuenta que
Ismael había comenzado a subir de peso,
y también él había tenido que recorrer el agujero de su cinturón pues ya era
difícil cerrar sus pantalones.
Los González,
la familia dueña del edificio, siempre se preocupaban por el bienestar de sus
inquilinos, y todos los domingos organizaban comilonas en su hogar o en otros
lugares de la ciudad para generar la convivencia de sus vecinos y establecer
vínculos de amistad, aunque al principio, Ramiro e Ismael rara vez asistían,
por el duelo que estaban viviendo.
Por
fin, a los dos meses de haber llegado a vivir ahí, y tras mucha insistencia
Ramiro decidió aceptar una de las invitaciones para asistir a un pequeño tour
en un antiguo templo de la zona. Al llegar y abrir la puerta él y su hijo apenas
parpadearon. La multitud de la iglesia se volvió a ellos. El hombre que colgaba
desnudo sobre el altar era vecino suyo. Estaba inconsciente. La mujer estaba
tumbada en el altar y había sido desmembrada.
-
Ramiro, Ismael - dijo una voz sombría– Pronto será la cena.
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