Basado en Pesadilla de Carmen Gutiérrez.
Al despertar,
mis manos aún apretaban su cuello
y siguieron hasta que su corazón se detuvo.
Esta noche ningún monstruo volverá a molestarme.
Para Laura la noche en el club había empezado
como cualquier otra, los tragos, sus amigas, el baile y el ligue, tres hombres
sentados en la barra no les quitaban los
ojos de encima, pero al final de la noche a la única que se llevaron fue a
ella. Sus amigas le advertieron que se quedara pero la emoción y el querer
probar algo nuevo fue lo que la convenció.
Una hora después estaba a bordo de una camioneta
con los tres hombres, ella iba en el asiento trasero en los brazos de él, no le
importaba su nombre, solo lo que le hacía sentir, las manos masculinas
recorrieron su cuerpo sin dejar ni un centímetro sin explorar, cuando las toscas
manos se detuvieron sobre sus senos y pellizcaron los pezones Laura se
estremeció y suspiró de placer nunca la habían tomado de forma tan brusca, la
mezcla de temor y placer eran muy excitantes.
El ambiente cambió en cuanto la puerta de la
casa a donde llegaron estuvo cerrada tras ellos, él la empujó por los hombros
haciendola caer y uno de los otros hombres la tomó por el cabello y la arrastró
hasta una habitación donde le arrancaron la ropa entre los tres, Laura intentó
gritar pero le pusieron una mordaza y los movimientos desesperados de su cuerpo
lo único que lograron fue agotarla rapidamente, cuando la fuerza la abandono,
el agarre de los hombres se hizo menos fuerte pero aún así no consiguió
moverse, las manos masculinas recorrieron su cuerpo pellizcando y apretando sin
consideración, esto ya no era para el placer de ella sino solamente para ellos.
Los tres la violaron, la golpearon y mordieron todo lo que quisieron, en algun
momento de la noche uno de ellos trajo un cinturón de cuero y la golpeó hasta
hacerla sangrar, Laura dejó de intentar gritar porque su garganta se sentía
desgarrada pero las lágrimas no dejaron de fluir en toda la noche. Al final la
dejaron sola con uno de ellos, él siguió usandola y golpeandola hasta que
exhausto se quedó dormido junto a ella.
No la habían atado.
Sin hacer ruido Laura tomó el cinturón que el
hombre había dejado a su lado lo enroscó en su cuello y comenzó a apretar y
siguió apretando hasta que su corazón se detuvo, esta noche ningún monstruo
volvería a molestarla de los otros dos ya se ocuparía mañana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario