Por Norma Villanueva.
Cruzo sus largas piernas, llevo a sus labios una bocanada más de cigarro, nodeando un poco su cabeza arreglo su cabellera marrón. Su cuello era largo y deseable. Sus pechos perfectos para perderse entre ellos, su torso era un campo pidiendo ser recorrido con los labios. Tomó una copa de vino tinto entre sus manos.
A tu salud Jack Dempsey- dijo mientras baja la mirada al piso y sonreía diabólicamente. Y hacía pasar el vino mezclado por su garganta.
Abajo, Jack Dempsey, con el cráneo destrozado por una bala en la sien había invitado a la ultima copa.
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