Por Mauricio Vargas.
Esa noche era la primera vez que la probaba, pero ya vendrían más… por toda la eternidad.
—¿Y? —dijo temerosa. Ella jamás imaginó que habían otras modalidades para alimentarse.
—Creo que es capricho mío —le dijo él entregándole la copa—, pero me gusta más cuando proviene de la muñeca izquierda.
que mierda es esta bien brutos que son malditos mamaguevos vagos busquense una vida .l.
ResponderEliminarQue facil es criticar de forma anónima..
Eliminar... y con terribles faltas ortográficas.
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