Por Carmen Gutiérrez.
—¡Hermanos! —dijo Caín— Estamos reunidos para rebelarnos a la tiranía de los Dioses. Por siglos han hecho su voluntad, usándonos como instrumentos de ira o lujuria. ¡Medusa, mira lo que le han hecho a tu hermosa cabellera! Mejor no mires, ¡Nadie la mire! ¡Dije nadie! ¡Oh, que pena, hemos perdido al querido Goliat! Secretario Job, que lo pongan en el puerto de Rodas, soportará mejor los terremotos.
Un hombrecillo lleno de pústulas se acercó y tomó nota.
—¡Y el pobre Minotauro, lo que ha soportado! Encerrado, deforme en la oscuridad. Ya no estás solo, hermano, estamos contigo.
Un triste mujido llenó la sala antes de que la bestia notara las cortinas rojas y embistiera hacia ellas.
Caín se lanzó al suelo para evitar un brazo petrificado de Goliat que pasó sobre su cabeza.
—¡Dije cortinas blancas! ¡Especificamente pedí cortinas blancas! ¡Y me acusan de envidioso!
Me resultó muy confuso, y la verdad no lo encontré gracioso, será, con todo respeto, que no tengo muy desarrollado el sentido del humor (por lo mismo no participé en este ejercicio :( ...)Digno de reconocerse el esfuerzo ;)
ResponderEliminarAngie Leal R.
Carmen, ¿por qué tu relato no tiene una ilustración acompañando al texto? Y tu diploma de la más ORIGINAL, ¿dónde está? :D
ResponderEliminarJuan Bassa (Juanito) dice: Marje, respecto al diploma, mea culpa; cuando tenga un ratito lo subo. La imagen que ilustra el microrrelato va por cuenta de mi coequiper Carmen, esperémosla a ella. Saludos.
Eliminar¡Gracias, Juanito! Era una cuestión de justicia poética...
Eliminaro todos los diplomas o ninguno :D