Por Muriel Menéndez.
En la
eterna unión
De la vida y la
muerte
Habita el amor
Como la tierra
Que cultivada crece
Y nos da tiempo
El agua apaga
Lo que el fuego destruye,
El aire cuenta
lo dimos todo
Con el tiempo y la espera
Noche de lodo
Felices eran
Quien sin rumbo fuera a dar
Y supiera amar
Las voces dieron
La única oportunidad
De oír en silencio
Serrar la vida
De los que podian contar
Terciando sueños
Hablar en vano
Del lugar olvidado
Que marchitaron
La luz que llega
Alrededor del claro
Alumbra dentro
Vemos a un lado,
La sombra nos recuerda
En que quedamos
Como que no entendí nada, y no se le vio unión entre las partes, a mi parecer, con todo respeto, y sin afán de ofender al autor.
ResponderEliminarAngélica Leal Rodríguez.