Seudónimo: Leeloo
Autora: Yolanda Boada Queralt
Autora: Yolanda Boada Queralt
—Raúl...
Raúl pactó con tu puta madre —escupió Roberto, palpándose la cabeza. Sangraba
profusamente. Recordó cómo, al entrar en aquella habitación, había encontrado a
Sergio atado y amordazado. Al arrodillarse para liberarlo, aquella niña maldita
le había golpeado, dejándolo inconsciente. Intentó incorporarse, pero descubrió
que también estaba atado.
La
niña tiró del lápiz que atravesaba el ojo de Sergio y, con un «plop», el globo
ocular emergió de la cuenca, quedando ensartado en el lapicero. Como si de un
macabro chupa-chups se tratara, se lo acercó a los labios y lo lamió. Sonrió.
—Si
eso es cierto, te recompensaré: morirás el último.
Y,
con un movimiento veloz, hundió el lápiz en la cuenca vacía, perforando el
cerebro de Sergio.
***
(...) ***
—¡Carmen! ¡Mira lo que
encontré! —exclamó Ángela. Su amiga, que estaba registrando la habitación de al
lado, acudió con premura.
—¡Por Quetzalcóatl! ¡La casa
de muñecas!
Ángela abrió unas
ventanitas y descubrió un libro.
Una corriente de aire
frío invadió la estancia.
Ángela sintió una
suerte de descarga que, desde las yemas de los dedos, le recorrió todo el
cuerpo. Cayó en un pozo negro y quiso gritar, pero ya no era dueña de su
cuerpo.
—Mi viejo Diario...
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