Ella va a despertar
Por
Daniel Echeverria.
Según los pitagóricos, los planetas emiten un
sonido al recorrer sus órbitas, pero nadie puede escucharlo porque
estamos acostumbrados a él.
Con la vida ocurre algo
similar: despertarse cada mañana demanda
acciones que, por estar acostumbrados, tampoco registramos.
Podría decirse que
vivimos de manera automática, en una sucesión de imágenes reflejadas por un
espejo. O que la única conciencia es la de la muerte.
Lo que sigue son
palabras que no escribí.
-Veo mi cuerpo sobre la
cama. Mi cara es la de un hombre que duerme en paz. Desde afuera siento la
cesación de todo esfuerzo.
Una mujer duerme junto
a mi cuerpo. Ella también tiene una expresión de paz, pero sus ojos se mueven.
Debe estar soñando, hay vida trascurriendo frente a sus ojos.
[Sin título]
Por
Enrique Hernández Negrete.
Era su segunda vez en
locutorios. Ser el abogado de su prima le valió para poder realizar dos
visitas: una familiar y otra de oficio. Sin embargo ella seguía en silencio,
con la mirada perdida. No había dicho una sola palabra después de que la
policía hallara a sus tres hijas degolladas.
Justo cuando estaba a
punto de irse, ella emitió un extraño sonido desde el pecho y al volver la
vista le dirigió una macabra sonrisa, su cara había cambiado de aspecto, lucía
unas bolsas por debajo de los ojos, sus encías estaban hinchadas y sus ojos
estaban inyectados en sangre.
—Vendrá por tu hijo esa
noche— dijo ella. Sin saber que contestar Arturo tropezó con la silla, un frío
recorrió su espalda y le dijo "Lo siento, no podré hacer nada por
ti".
El guardia corrió la
puerta de acceso a la zona de visitas y desde el fondo del pasillo estalló una
risa demencial que resonó en todos los rincones del centro.
[Sin título]
Por
Karytha Bravo Palma.
Cuando entró a ese
museo nunca imaginó qué pasaría, solo quería estar con más gente, estaba
aburrida de estar sola. Por lo que cuando vio a esa niña era lógico también que
quisiera seguirla... Y una vez que la siguió ¿quien podría resistirse a la
oportunidad de volver a sentir?... Ella no era santa, nunca lo fue y ahora no
iba a empezar, por lo que sin contemplaciones se introdujo en el cuerpo de la
niña de siete años que miraba todo con asombro. Ella solo queria volver a
sentir. Y una vez que sintió no quiso salir... Era algo natural, ¿quien la
puede culpar? era obvio que ella mataría el alma de la niña para quedarse con
ese cuerpo y es por eso que ella ve en los reflejos su verdadero rostro....
Solo ella se ve... aún así sigue sintiendose sola, lo mejor quizás sería está
vez morir acompañada.
Mamá
Por Federico Domenella.
Resignada, me limité a
caminar por la desolada plazoleta que acompaña la soledad de mis días. De
repente
oía música, y a mí
alrededor descubrí antigüedades, artistas callejeros e instrumentos de madera
vieja. Seguí rumbo. No dejaba de pensar en mamá. Desde la noche en que entraron
a casa, hace ocho años, y la mataron por una simple vajilla de plata, mi mente se
enroscó en un nudo tenso de ira, desesperación y venganza. Arribé al puesto más
lujoso. Me tomé un respiro y observé la mercancía detrás de un entretejido. Me
estremecí… allí estaba. Como un espejo, la vajilla donde mi madre solía llevar
las tazas de té, reflejaba mi rostro y
comencé a experimentar una horrenda alucinación. Cuando el vendedor se apiada
de mi malestar, en menos de un segundo saqué mi revolver y le apunté al mentón.
No vacilé. Atravesé su rostro con un disparo de justicia...
Cubertería de plata
Por Sergio Bonavida
Ponce.
¿Sabéis que es lo que más me aterra al cerrar
los ojos delante de un ajuar de cubertería de plata? Lo que más me aterra es
pensar que cuando cierre los ojos, la figura reflejada en la cubertería no
cerrará los suyos al unísono con los míos. Sino que los mantendrá abiertos.
Mirándome.
Acechándome.
Y en ese instante de
tiempo, cuando mi pulso se acelere y mi corazón se desboque, yo no sabré si
realmente el reflejo tiene los ojos abiertos o no, porque yo ya habré cerrado
los míos... quizás para siempre.
Muy buena iniciativa. ^^
ResponderEliminarUn bruto abrazo escritores.
Poderosos.
ResponderEliminarPor una vez dejaré descansar a mis alter egos.
ResponderEliminarGracias por publicar el microrelato aunque me pasará "un poquitín" en el tiempo. ^^
Un abrazo brutos escritores.