Por Robe Ferrer.
Malditas hijas de la
gran chingada. Se creen relindas porque papá siempre las escoge a ustedes, no
más, pero hoy todo va a cambiar. Él las va a rechazar y me elegirá a mí esta noche. Esta y todas las demás,
porque yo las voy a rajar sus bonitas caras con un trozo del espejo en el que
tanto se miran para peinarse y ponerse guapas para él.
¡Ay, sí!, mijas, esta
noche él se meterá en mi cama y me hará mujer por primera vez.
Dos
terribles gritos rompieron el silencio de aquella apacible tarde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario