domingo, 14 de febrero de 2021

Parejas

 

-          La escena debe estar dividida en, al menos dos niveles, pudiendo corresponder éstos a diversas zonas del escenario. Los niveles, que deben mantener algún tipo de diferenciación física (un escalón, el tipo de iluminación, o la presencia/ausencia de atrezzo) se definen por lo que sucede en ellos, y por las diferentes actitudes que adoptan los personajes. A lo largo del texto se describen como “primer plano” y “escena”

Primer plano: Nivel de Narración-Conciencia. En este nivel es donde los personajes se dirigen al público para introducir la acción, describir qué es lo que está sucediendo y donde se enfrentan a los dictados de su conciencia, y analizan los pros y contras de las posibles consecuencias que tendría su intervención en tal o cual sentido. Es el más próximo a la boca del escenario y la mayor parte de la interacción entre los personajes Él y ELLA y sus ángeles y demonios debe darse en este nivel, de esta manera Ángel y Demonio actúan no sólo como alter-egos de los personajes Él y ELLA, sino también como alter-egos del público.

Escena: Nivel de acción. En este nivel se desarrolla la interacción entre los personajes ÉL y ELLA como un entorno geográfico con el que ambos están familiarizados, como, por ejemplo, su propia casa. Es el nivel más alejado de la boca de escenario y donde sí existe el atrezzo que requieren las escenas.

PRÓLOGO

ÉL y ELLA, en el centro de la escena, cogidos de las manos, mirándose tiernamente a los ojos.

ÉL: (susurrando) ¡Hola!

ELLA: (susurrando) ¡Hola a ti!

ÉL: ¿Cómo estás?

ELLA: Enamorada, ya ves... ¿y tú?

ÉL: Yo más

ELLA: No, yo más

ÉL: No, yo más

ELLA: No seas tonto, yo más

ÉL y ELLA: (suspirando) ¡Ay!

ÉL: Pero mira que somos pastel ¿verdad?

ELLA: Sí. Pero a mí no me empalaga ¿y a ti?

ÉL: A mí tampoco (ÉL y ELLA ríen por lo bajo mientras se acercan un poco más el uno al otro)

ELLA: (susurrando) Dime: ¿Me quieres?

ÉL: (susurrando) Claro... ¿Qué pregunta es ésa?

Silencio

ELLA: (Con la voz distorsionada, más grave, y en tono denotativo) Dime: ¿Me quieres?

Se separan un paso. La expresión de ÉL cambia radicalmente hasta parecer asustada

ÉL: (titubea) Cla... Cla... Claro, cariño, claro... ¿Qué pregunta es ésa?

Silencio

ELLA: (Con voz completamente distorsionada, como de ultratumba. La escena se oscurece y ELLA queda iluminada por luz roja) Dime: ¿Me quieres?

ÉL: (Cae de rodillas en tierra y grita de angustia) Claro que sí, te lo juro por lo más sagrado, créeme por favor ¿Qué clase de pregunta es esa? (solloza)

La escena vuelve a su iluminación ambiental. ÉL y ELLA vuelven a cogerse tiernamente de las manos, mirándose a los ojos y hablando entre susurros.

ELLA: No seas tonto, lo que pasa es que me gusta oírlo

ÉL: Y a mí me gusta decírtelo: ¡tequierotequierotequierotequiero!

ELLA: ¡Yyoatíyyoatíyyoatíyyoatí!

ÉL y ELLA ríen por lo bajo mientras se acercan un poco más el uno al otro

ÉL: ¿Estás segura?, ¿No me engañas?

ELLA: ¿Cómo te iba a engañar?

Silencio

ÉL: (Con la voz distorsionada, más grave, y en tono denotativo) ¿Estás segura?, ¿No me engañas?

Se separan un paso. La expresión de ELLA cambia radicalmente mostrando inquietud

ELLA: (De lado, mirándose las uñas, como quitándole importancia)  ¡Ay, Por favor! ¿Cómo te iba a engañar?

Silencio

ÉL: (Con voz completamente distorsionada, como de ultratumba. La escena se oscurece y ÉL queda iluminado por luz roja) ¿Estás segura?, ¿No me engañas?

ELLA: (Llorando, casi histérica) ¡No me presiones más, por Dios! ¿Por qué no me crees? Dime: ¿Cómo te iba a engañar?, ¿Cómo?

La escena vuelve a su iluminación ambiental. ÉL y ELLA vuelven a cogerse tiernamente de las manos, mirándose a los ojos y hablando entre susurros.

ÉL: Bueeeno, vaaaale, te creeeeo

ELLA: No seas tonto.

ÉL y ELLA ríen por lo bajo mientras se acercan un poco más el uno al otro

ÉL: Se ha hecho tarde, ¿verdad?

ELLA: Sí, muy tarde

ÉL: Es que a tu lado el tiempo se me pasa volando

ELLA: No seas tonto, y vamos a la cama ya

ÉL: ¿A la cama?, ¿Ya?

(Silencio)

ELLA: (Con la voz distorsionada, más grave, y en tono denotativo) Vamos a la cama ya.

Se separan un paso. La expresión de ÉL cambia radicalmente evidenciando nerviosismo.

ÉL: ¿A la cama?, ¿Quieres decir: “a la cama”?... Mujer, es que... en estas circunstancias...

Silencio

ELLA: (Con voz completamente distorsionada, como de ultratumba. La escena se oscurece y ELLA queda iluminado por luz roja) Vamos a la cama ¡ya!.

ÉL: (Atemorizado) ¿A la cama?, ¿ya?... ¡ya!... ya voy. Pero tranquila ¿Eh?... Yo... es que... Yo voy donde tú quieras y haré lo que pueda... pero tranquila ¿Eh?

La escena vuelve a su iluminación ambiental. ÉL y ELLA vuelven a cogerse tiernamente de las manos, mirándose a los ojos.

ELLA: (Con voz distorsionada) ¡No seas tonto! (ELLA se sorprende de sí misma)

ÉL retrocede de un salto, asustado. ELLA le sigue y vuelve a coger sus manos asustadas y a mirarle a los ojos, esta vez hablando entre susurros

ELLA: No seas tonto. Hoy no me encuentro bien, pero mañana ya verás... (ELLA sale de escena)

ÉL: (Saca pecho, toma aire, y la sigue. Con voz varonil) ¡Pues es una pena!, porque esta noche me siento en plena forma: como un Tarzán.

ELLA: (sale al paso de ÉL. Con voz sensual) ¿En plena forma?

ÉL: (sorprendido) Sí... si no fuera por este constipado (tose un par de veces). Pero mañana estaré mucho mejor, no te preocupes. ¡Anda!, vamos a dormir, que se ha hecho tarde.

ÉL y ELLA salen de escena. Las luces se apagan lentamente

 

CAPÍTULO 1

ÉL y ELLA se perfilan en escena contra el telón de fondo. ÉL avanza hasta el primer plano y se dirige al público

ÉL: Nos queremos. Llevamos... no sé cuánto tiempo juntos y seguimos queriéndonos. Y es que nos complementamos a la perfección, aunque, claro, con las diferencias normales entre nosotros... Diferencias que, afortunadamente, yo soy capaz de obviar porque, a decir verdad, de nosotros dos, yo soy el que tiene más paciencia y así, con tranquilidad, es como se lleva una relación a buen puerto.

ÉL regresa a escena y queda quieto.

ELLA avanza hasta el primer plano y se dirige al público

ELLA: Nos queremos... por norma general. Llevamos juntos siete años, cuatro meses y dos días. No diré que la vida resulta sencilla a su lado, pero la verdad es que es tan transparente, tan... primario, que dudo mucho que pudiera encontrar a nadie como él... también en lo bueno ¿Eh? Porque mi chico tiene cosas muy buenas... Y, sobre todo, vive tan feliz creyendo que él lo controla todo...

ELLA regresa atrás, a escena, junto a ÉL.

ÉL y ELLA entran corriendo en casa,, riéndose, y se abrazan, haciéndose carantoñas.

ÉL: ¿Cómo estás cariño?

ELLA: Muy enamorada... y un poquitín borrachita

ÉL: Habrá sido ese vino tan exótico que nos ha puesto Juanjo para cenar. La verdad es que a mí también se me ha subido a la cabeza

ELLA: Si... ¿Sabes qué es lo que me apetece?

ÉL: mmm... déjame que lo imagine... y que me afeite

ELLA: Ve y no tardes mucho... que yo te espero en el dormitorio

ELLA se separa y hace mutis por la derecha. ÉL se acerca al primer plano y se dirige al público

EL: Esta podría ser una noche perfecta ¿verdad? Y sin embargo a veces ella se empeña en complicarlo todo de forma tan irracional...

ÉL regresa atrás, a escena, y se dispone a orinar mientras se afeita con la maquinilla eléctrica.

ELLA: (Desde fuera) ¿Sabes qué te digo?, que creo que tenemos mucha suerte... de no ser como Juanjo y Marisa.

ÉL: Yo también lo creo, cariño

ELLA: No es que me caigan mal, ya sabes que los quiero mucho, pero es que no me puedo imaginar qué le encuentra ella. Y además, tan insegura de él, no como nosotros ¿verdad cariño?

ÉL: (adoptando la postura de micción) No, claro que no, mi vida.

ELLA: Fíjate, si hasta se ha tenido que hacer la liposucción porque dice que a él le gusta más así... ¿Te lo puedes creer?

ÉL: Por supuesto... y además se le nota a la legua que se ha llenado la delantera de silicona...

ELLA se asoma, por la derecha, con aspecto sereno. En la mano lleva el picardías que se disponía a ponerse. Silencio.

ELLA se acerca al primer plano y se dirige al público

ELLA: ¡Pobrecillo!, a veces tanta inocencia me llega a asustar. Pero claro, ¿cómo le voy a decir yo, ahora, que Marisa, la mujer de Juanjo, nunca se ha operado los pechos?.

ELLA regresa a escena.

Su tono de voz tiene un rasgo inquisitivo mal disimulado.

ELLA: ¡Vaya que sí!. A mí me han dado la sensación de ser de plástico... ¿Y tú, en qué lo has notado?

El sonido de la micción de ÉL se detiene bruscamente

ÉL ha captado el tono de ELLA y tras un momento de vacilación adopta una actitud juguetona.

ÉL: No, No... no me vas a pillar... Esta vez no... Yo no he notado nada... ¡No señor!... ¡nonononono! (vuelve a oírse el sonido de la micción)

ELLA: (acercándose, con tono de voz meloso) ¡Ay, que tontín que eres! Sólo estaba jugando y te has puesto nervioso.

ÉL: ¿Yo?, ¿de qué?, ¡vamos hombre!, valiente tontería

ELLA: ¿Y porqué, entonces, no eres capaz de decirme qué te ha parecido el pecho de Marisa?

ÉL: ¿Cómo que no?, lo que pasa es que no me he fijado bien... ¡yo qué se! en nada en especial. No sé, eran más grandes y firmes que siempre... ¡No! (Acaba bruscamente de orinar y rectifica) parecían... ¡eso es!.. parecían más grandes que... habitualmente... ¡eso!

ELLA: (recupera, poco a poco el tono de voz serio) ¡Vaya, hombre! De manera que no es la primera vez que te fijas en Marisa. Y se supone que yo tengo que callar y tragar como si fuera una vulgar concubina de tu harén ¿verdad?

ÉL: No, no, no, cariño. Estamos hablando sólo de su pecho... ¿lo ves? sóla y exclusivamente de su pecho operado y siliconado... ¡Vamos, alicatado hasta el techo!... No de ella. ¡Por favor! ¿Cómo me va a gustar Marisa?

ELLA: ¿Qué cómo? Eso me gustaría saber a mí, porque seguro que no tiene nada que ver con que vaya siempre perfectamente arreglada, le guste coquetear con todos y sea dos años más joven que yo ¿verdad?

ÉL: ¡Por amor de Dios! ¿A dónde van dos años a tú edad?... (rectifica) a nuestra edad... quiero decir, cariño, que ya somos personas adultas y estos ataques de celos son de lo más infantil... (acercándose con actitud cariñosa) ¿No te das cuenta de que sólo te quiero a ti?

ELLA: (encrespando su tono de voz) ¿Qué TÚ Crees que YO soy infantil? ¿Ahora encima me acusas pre-ci-sa-men-te-a-mí de ser infantil? ¿Cómo te atreves? (le lanza el picardías a la cara)

ELLA hace mutis por la derecha al tiempo que se oye el ruido de una puerta que se cierra bruscamente.

ÁNGEL ÉL y DEMONIO ÉL se sitúan en primer plano, a derecha e izquierda de ÉL

DEMONIO ÉL: ¿No lo ves? Ya lo ha vuelto a hacer. Ahora ella espera el mismo ritual de siempre: disculpas, besitos, arrumacos, patatín, patatán, que si esto, que si lo otro... ¡Bah!: Tonterías

ÁNGEL ÉL: No le escuches ¿Acaso no te das cuenta que lo que quiere es un poco de tierno cariño por tu parte? ¿Dónde está el amor, dónde la entrega incondicional?

DEMONIO ÉL: ¿Amor, Ternura, Entrega? Lo que quiere es que le supliques. ¡Ja!, No te engañes: esto es un ejercicio de poder. De manera que ahora mismo... ahora mismito, coge la sartén por mango, encárate a esa puerta y déjale bien claro quién tiene el bastón de mando... (mira su reloj) Y si te das prisa aún llegas a ver el porno codificado desde el sofá.

ÁNGEL ÉL: Tú haz lo que quieras, pero recuerda que la última vez que cogiste la sartén por el mango... (hace el gesto de la masturbación) acabasteis tú, y tú bastón de mando viendo la teletienda hasta las tantas de la madrugada. No te precipites... lo que pasa es que ya sabes que siempre resulta mejor después de una reconciliación...

DEMONIO ÉL: Tú eliges, puedes arrastrarte ahora, perder esta batalla y gozar de la paz de los derrotados, o bien puedes tener una visión global del conflicto y conseguir una victoria estratégica. Tú eliges: vencido o vencedor.

Las luces de ÁNGEL ÉL y DEMONIO ÉL se apagan y queda solo ÉL

ÉL: (sobreactuando, con el picardías en la mano) ¡Oh, que terrible dilema!. ¡Qué oscuros espíritus agitan mi alma esta aciaga noche! Mmm... o no mmm... ¿Qué es más elevado para mi espíritu... -y para mi cuerpo en general- asumir delitos que ignoro haber cometido, y arrastrándome por el lodo alcanzar el lecho de mi amada o, por el contrario, engrandecer mi espíritu en fiera batalla por mi dignidad y encomendándome a Onán, hacer noche en el sofá?. Mmm... dormir... tal vez soñar... (enérgico) ¡Los cojones! La decisión está tomada. ¡No pienso tragar!. ¡De ninguna manera!. Si espera que vaya como un perrito faldero lo tiene claro. No he hecho nada de lo que deba arrepentirme y esta vez será ella la que tenga que humillarse. Ahora mismo me voy a por el mando a distancia de la tele y se va a enterar

ELLA: (asoma tímidamente por la derecha y llama con voz melosa) ¡Cariño!... ¡Cariño!

ÉL: (El corre hacia ELLA) ¿Sí, mi vida?

ELLA: Perdóname, no sé qué me ha pasado, es que te he imaginado con otra y no he podido soportarlo...

ÉL: (saliendo. La escena queda vacía) No cariño, no. Ha sido culpa mía (se oyen besos) es que soy un bruto. Perdóname por favor

ELLA: No, perdóname tú a mí

ÉL: ¡Oh, cariño!

ELLA: ¡Oh, Juanjo!

ÉL: ¡¡¡¿¿¿Quién???!!!

Las luces de escena se apagan bruscamente.

TRANSICIÓN 1-2

Se encienden lentamente las luces de escena.

Suena el principio de la canción “Para vivir”, de Pablo Milanés.

Él entra en escena caminando lentamente, mirando lánguidamente una rosa que sostiene entre las manos, y comienza a cantar la letra

ÉL: Muchas veces te dije que antes de hacerlo había que pensarlo muy bien. Que a este amor de nosotros le hacía falta carne y deseo también...

ELLA: (En Off, llamándole) ¡Cariño!, (efecto sonoro de aguja de tocadiscos rallando el disco. La música se detiene) ¡Cariño!

ÉL: ¿Sí, mi vida?

ELLA: (con voz melosa) ¿vienes a la cama?

ÉL: (suspira) ¡En fin! (a ELLA) Si, cariño, ahora mismito voy...

Se apagan las luces de escena mientras ÉL hace mutis.

 

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