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La escena debe estar dividida en, al
menos dos niveles, pudiendo corresponder éstos a diversas zonas del escenario.
Los niveles, que deben mantener algún tipo de diferenciación física (un
escalón, el tipo de iluminación, o la presencia/ausencia de atrezzo) se definen
por lo que sucede en ellos, y por las diferentes actitudes que adoptan los
personajes. A lo largo del texto se describen como “primer plano” y “escena”
Primer plano: Nivel de
Narración-Conciencia. En este nivel es donde los personajes se dirigen al
público para introducir la acción, describir qué es lo que está sucediendo y
donde se enfrentan a los dictados de su conciencia, y analizan los pros y
contras de las posibles consecuencias que tendría su intervención en tal o cual
sentido. Es el más próximo a la boca del escenario y la mayor parte de la
interacción entre los personajes Él y ELLA y sus ángeles y demonios debe darse
en este nivel, de esta manera Ángel y Demonio actúan no sólo como alter-egos de
los personajes Él y ELLA, sino también como alter-egos del público.
Escena: Nivel de
acción. En este nivel se desarrolla la interacción entre los personajes ÉL y
ELLA como un entorno geográfico con el que ambos están familiarizados, como,
por ejemplo, su propia casa. Es el nivel más alejado de la boca de escenario y
donde sí existe el atrezzo que requieren las escenas.
PRÓLOGO
ÉL
y ELLA, en el centro de la escena, cogidos de las manos, mirándose tiernamente
a los ojos.
ÉL: (susurrando) ¡Hola!
ELLA: (susurrando) ¡Hola a ti!
ÉL: ¿Cómo estás?
ELLA: Enamorada, ya
ves... ¿y tú?
ÉL: Yo más
ELLA: No, yo más
ÉL: No, yo más
ELLA: No seas tonto, yo
más
ÉL y ELLA: (suspirando) ¡Ay!
ÉL: Pero mira que somos
pastel ¿verdad?
ELLA: Sí. Pero a mí no
me empalaga ¿y a ti?
ÉL: A mí tampoco (ÉL y ELLA ríen por lo bajo mientras se
acercan un poco más el uno al otro)
ELLA: (susurrando) Dime: ¿Me quieres?
ÉL: (susurrando) Claro... ¿Qué pregunta es
ésa?
Silencio
ELLA: (Con la voz distorsionada, más grave, y en
tono denotativo) Dime: ¿Me quieres?
Se
separan un paso. La expresión de ÉL cambia radicalmente hasta parecer asustada
ÉL: (titubea) Cla... Cla... Claro, cariño,
claro... ¿Qué pregunta es ésa?
Silencio
ELLA: (Con voz completamente distorsionada, como de
ultratumba. La escena se oscurece y ELLA queda iluminada por luz roja)
Dime: ¿Me quieres?
ÉL: (Cae de rodillas en tierra y grita de
angustia) Claro que sí, te lo juro por lo más sagrado, créeme por favor
¿Qué clase de pregunta es esa? (solloza)
La
escena vuelve a su iluminación ambiental. ÉL y ELLA vuelven a cogerse
tiernamente de las manos, mirándose a los ojos y hablando entre susurros.
ELLA: No seas tonto, lo
que pasa es que me gusta oírlo
ÉL: Y a mí me gusta
decírtelo: ¡tequierotequierotequierotequiero!
ELLA: ¡Yyoatíyyoatíyyoatíyyoatí!
ÉL
y ELLA ríen por lo bajo mientras se acercan un poco más el uno al otro
ÉL: ¿Estás segura?, ¿No
me engañas?
ELLA: ¿Cómo te iba a
engañar?
Silencio
ÉL: (Con la voz distorsionada, más grave, y en
tono denotativo) ¿Estás segura?, ¿No me engañas?
Se
separan un paso. La expresión de ELLA cambia radicalmente mostrando inquietud
ELLA: (De lado, mirándose las uñas, como
quitándole importancia) ¡Ay, Por
favor! ¿Cómo te iba a engañar?
Silencio
ÉL: (Con voz completamente distorsionada, como
de ultratumba. La escena se oscurece y ÉL queda iluminado por luz roja)
¿Estás segura?, ¿No me engañas?
ELLA: (Llorando, casi histérica) ¡No me
presiones más, por Dios! ¿Por qué no me crees? Dime: ¿Cómo te iba a engañar?,
¿Cómo?
La
escena vuelve a su iluminación ambiental. ÉL y ELLA vuelven a cogerse
tiernamente de las manos, mirándose a los ojos y hablando entre susurros.
ÉL: Bueeeno, vaaaale,
te creeeeo
ELLA: No seas tonto.
ÉL
y ELLA ríen por lo bajo mientras se acercan un poco más el uno al otro
ÉL: Se ha hecho tarde,
¿verdad?
ELLA: Sí, muy tarde
ÉL: Es que a tu lado el
tiempo se me pasa volando
ELLA: No seas tonto, y
vamos a la cama ya
ÉL: ¿A la cama?, ¿Ya?
(Silencio)
ELLA: (Con la voz distorsionada, más grave, y en
tono denotativo) Vamos a la cama ya.
Se
separan un paso. La expresión de ÉL cambia radicalmente evidenciando
nerviosismo.
ÉL: ¿A la cama?,
¿Quieres decir: “a la cama”?... Mujer, es que... en estas circunstancias...
Silencio
ELLA: (Con voz completamente distorsionada, como
de ultratumba. La escena se oscurece y ELLA queda iluminado por luz roja)
Vamos a la cama ¡ya!.
ÉL: (Atemorizado) ¿A la cama?, ¿ya?...
¡ya!... ya voy. Pero tranquila ¿Eh?... Yo... es que... Yo voy donde tú quieras
y haré lo que pueda... pero tranquila ¿Eh?
La
escena vuelve a su iluminación ambiental. ÉL y ELLA vuelven a cogerse
tiernamente de las manos, mirándose a los ojos.
ELLA: (Con voz distorsionada) ¡No seas tonto! (ELLA se sorprende de sí misma)
ÉL
retrocede de un salto, asustado. ELLA le sigue y vuelve a coger sus manos
asustadas y a mirarle a los ojos, esta vez hablando entre susurros
ELLA: No seas tonto.
Hoy no me encuentro bien, pero mañana ya verás... (ELLA sale de escena)
ÉL: (Saca pecho, toma aire, y la sigue. Con voz
varonil) ¡Pues es una pena!, porque esta noche me siento en plena forma:
como un Tarzán.
ELLA: (sale al paso de ÉL. Con voz sensual)
¿En plena forma?
ÉL: (sorprendido) Sí... si no fuera por este
constipado (tose un par de veces).
Pero mañana estaré mucho mejor, no te preocupes. ¡Anda!, vamos a dormir, que se
ha hecho tarde.
ÉL
y ELLA salen de escena. Las luces se apagan lentamente
CAPÍTULO
1
ÉL
y ELLA se perfilan en escena contra el telón de fondo. ÉL avanza hasta el
primer plano y se dirige al público
ÉL: Nos queremos.
Llevamos... no sé cuánto tiempo juntos y seguimos queriéndonos. Y es que nos
complementamos a la perfección, aunque, claro, con las diferencias normales
entre nosotros... Diferencias que, afortunadamente, yo soy capaz de obviar
porque, a decir verdad, de nosotros dos, yo soy el que tiene más paciencia y
así, con tranquilidad, es como se lleva una relación a buen puerto.
ÉL
regresa a escena y queda quieto.
ELLA
avanza hasta el primer plano y se dirige al público
ELLA: Nos queremos...
por norma general. Llevamos juntos siete años, cuatro meses y dos días. No diré
que la vida resulta sencilla a su lado, pero la verdad es que es tan
transparente, tan... primario, que dudo mucho que pudiera encontrar a nadie
como él... también en lo bueno ¿Eh? Porque mi chico tiene cosas muy buenas...
Y, sobre todo, vive tan feliz creyendo que él lo controla todo...
ELLA
regresa atrás, a escena, junto a ÉL.
ÉL
y ELLA entran corriendo en casa,, riéndose, y se abrazan, haciéndose
carantoñas.
ÉL: ¿Cómo estás cariño?
ELLA: Muy enamorada...
y un poquitín borrachita
ÉL: Habrá sido ese vino
tan exótico que nos ha puesto Juanjo para cenar. La verdad es que a mí también
se me ha subido a la cabeza
ELLA: Si... ¿Sabes qué
es lo que me apetece?
ÉL: mmm... déjame que
lo imagine... y que me afeite
ELLA: Ve y no tardes
mucho... que yo te espero en el dormitorio
ELLA
se separa y hace mutis por la derecha. ÉL se acerca al primer plano y se dirige
al público
EL: Esta podría ser una
noche perfecta ¿verdad? Y sin embargo a veces ella se empeña en complicarlo
todo de forma tan irracional...
ÉL
regresa atrás, a escena, y se dispone a orinar mientras se afeita con la
maquinilla eléctrica.
ELLA: (Desde fuera) ¿Sabes qué te digo?, que
creo que tenemos mucha suerte... de no ser como Juanjo y Marisa.
ÉL: Yo también lo creo,
cariño
ELLA: No es que me caigan
mal, ya sabes que los quiero mucho, pero es que no me puedo imaginar qué le
encuentra ella. Y además, tan insegura de él, no como nosotros ¿verdad cariño?
ÉL: (adoptando la postura de micción) No,
claro que no, mi vida.
ELLA: Fíjate, si hasta
se ha tenido que hacer la liposucción porque dice que a él le gusta más así...
¿Te lo puedes creer?
ÉL: Por supuesto... y
además se le nota a la legua que se ha llenado la delantera de silicona...
ELLA
se asoma, por la derecha, con aspecto sereno. En la mano lleva el picardías que
se disponía a ponerse. Silencio.
ELLA
se acerca al primer plano y se dirige al público
ELLA: ¡Pobrecillo!, a
veces tanta inocencia me llega a asustar. Pero claro, ¿cómo le voy a decir yo,
ahora, que Marisa, la mujer de Juanjo, nunca se ha operado los pechos?.
ELLA
regresa a escena.
Su
tono de voz tiene un rasgo inquisitivo mal disimulado.
ELLA: ¡Vaya que sí!. A
mí me han dado la sensación de ser de plástico... ¿Y tú, en qué lo has notado?
El
sonido de la micción de ÉL se detiene bruscamente
ÉL
ha captado el tono de ELLA y tras un momento de vacilación adopta una actitud
juguetona.
ÉL: No, No... no me vas
a pillar... Esta vez no... Yo no he notado nada... ¡No señor!... ¡nonononono! (vuelve a oírse el sonido de la micción)
ELLA: (acercándose, con tono de voz meloso)
¡Ay, que tontín que eres! Sólo estaba jugando y te has puesto nervioso.
ÉL: ¿Yo?, ¿de qué?,
¡vamos hombre!, valiente tontería
ELLA: ¿Y porqué,
entonces, no eres capaz de decirme qué te ha parecido el pecho de Marisa?
ÉL: ¿Cómo que no?, lo
que pasa es que no me he fijado bien... ¡yo qué se! en nada en especial. No sé,
eran más grandes y firmes que siempre... ¡No! (Acaba bruscamente de orinar y
rectifica) parecían... ¡eso es!.. parecían más grandes que... habitualmente...
¡eso!
ELLA: (recupera, poco a poco el tono de voz serio)
¡Vaya, hombre! De manera que no es la primera vez que te fijas en Marisa. Y se
supone que yo tengo que callar y tragar como si fuera una vulgar concubina de
tu harén ¿verdad?
ÉL: No, no, no, cariño.
Estamos hablando sólo de su pecho... ¿lo ves? sóla y exclusivamente de su pecho
operado y siliconado... ¡Vamos, alicatado hasta el techo!... No de ella. ¡Por
favor! ¿Cómo me va a gustar Marisa?
ELLA: ¿Qué cómo? Eso me
gustaría saber a mí, porque seguro que no tiene nada que ver con que vaya
siempre perfectamente arreglada, le guste coquetear con todos y sea dos años
más joven que yo ¿verdad?
ÉL: ¡Por amor de Dios!
¿A dónde van dos años a tú edad?... (rectifica)
a nuestra edad... quiero decir, cariño, que ya somos personas adultas y estos
ataques de celos son de lo más infantil... (acercándose
con actitud cariñosa) ¿No te das cuenta de que sólo te quiero a ti?
ELLA: (encrespando su tono de voz) ¿Qué TÚ
Crees que YO soy infantil? ¿Ahora encima me acusas pre-ci-sa-men-te-a-mí de ser
infantil? ¿Cómo te atreves? (le lanza el picardías a la cara)
ELLA
hace mutis por la derecha al tiempo que se oye el ruido de una puerta que se
cierra bruscamente.
ÁNGEL
ÉL y DEMONIO ÉL se sitúan en primer plano, a derecha e izquierda de ÉL
DEMONIO ÉL: ¿No lo ves?
Ya lo ha vuelto a hacer. Ahora ella espera el mismo ritual de siempre:
disculpas, besitos, arrumacos, patatín, patatán, que si esto, que si lo otro...
¡Bah!: Tonterías
ÁNGEL ÉL: No le
escuches ¿Acaso no te das cuenta que lo que quiere es un poco de tierno cariño
por tu parte? ¿Dónde está el amor, dónde la entrega incondicional?
DEMONIO ÉL: ¿Amor,
Ternura, Entrega? Lo que quiere es que le supliques. ¡Ja!, No te engañes: esto
es un ejercicio de poder. De manera que ahora mismo... ahora mismito, coge la
sartén por mango, encárate a esa puerta y déjale bien claro quién tiene el
bastón de mando... (mira su reloj) Y
si te das prisa aún llegas a ver el porno codificado desde el sofá.
ÁNGEL ÉL: Tú haz lo que
quieras, pero recuerda que la última vez que cogiste la sartén por el mango... (hace el gesto de la masturbación)
acabasteis tú, y tú bastón de mando viendo la teletienda hasta las tantas de la
madrugada. No te precipites... lo que pasa es que ya sabes que siempre resulta
mejor después de una reconciliación...
DEMONIO ÉL: Tú eliges,
puedes arrastrarte ahora, perder esta batalla y gozar de la paz de los
derrotados, o bien puedes tener una visión global del conflicto y conseguir una
victoria estratégica. Tú eliges: vencido o vencedor.
Las
luces de ÁNGEL ÉL y DEMONIO ÉL se apagan y queda solo ÉL
ÉL: (sobreactuando, con el picardías en la mano)
¡Oh, que terrible dilema!. ¡Qué oscuros espíritus agitan mi alma esta aciaga
noche! Mmm... o no mmm... ¿Qué es más elevado para mi espíritu... -y para mi
cuerpo en general- asumir delitos que ignoro haber cometido, y arrastrándome
por el lodo alcanzar el lecho de mi amada o, por el contrario, engrandecer mi
espíritu en fiera batalla por mi dignidad y encomendándome a Onán, hacer noche
en el sofá?. Mmm... dormir... tal vez soñar... (enérgico) ¡Los cojones! La decisión está tomada. ¡No pienso
tragar!. ¡De ninguna manera!. Si espera que vaya como un perrito faldero lo
tiene claro. No he hecho nada de lo que deba arrepentirme y esta vez será ella
la que tenga que humillarse. Ahora mismo me voy a por el mando a distancia de
la tele y se va a enterar
ELLA: (asoma tímidamente por la derecha y llama
con voz melosa) ¡Cariño!... ¡Cariño!
ÉL: (El corre hacia ELLA) ¿Sí, mi vida?
ELLA: Perdóname, no sé
qué me ha pasado, es que te he imaginado con otra y no he podido soportarlo...
ÉL: (saliendo. La escena queda vacía) No
cariño, no. Ha sido culpa mía (se oyen
besos) es que soy un bruto. Perdóname por favor
ELLA: No, perdóname tú
a mí
ÉL: ¡Oh, cariño!
ELLA: ¡Oh, Juanjo!
ÉL: ¡¡¡¿¿¿Quién???!!!
Las
luces de escena se apagan bruscamente.
TRANSICIÓN 1-2
Se
encienden lentamente las luces de escena.
Suena
el principio de la canción “Para vivir”, de Pablo Milanés.
Él
entra en escena caminando lentamente, mirando lánguidamente una rosa que
sostiene entre las manos, y comienza a cantar la letra
ÉL: Muchas veces te
dije que antes de hacerlo había que pensarlo muy bien. Que a este amor de
nosotros le hacía falta carne y deseo también...
ELLA: (En Off, llamándole) ¡Cariño!, (efecto sonoro de aguja de tocadiscos
rallando el disco. La música se detiene) ¡Cariño!
ÉL: ¿Sí, mi vida?
ELLA: (con voz melosa) ¿vienes a la cama?
ÉL: (suspira) ¡En fin! (a ELLA) Si, cariño, ahora mismito voy...
Se
apagan las luces de escena mientras ÉL hace mutis.
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