miércoles, 23 de mayo de 2012

El Diablo


Por Carmen Gutiérrez.


El Tarot tenía razón. Después de tanto tiempo, EL DIABLO posó su mirada en ella y le señaló. Que el marido se largara sólo  fue cuestión de suerte. El camino se abría placenteramente ante sí y pensaba seguirlo.

Con la copa en la mano sonrió. El hombre a su lado devolvió, confundido, la sonrisa. Mirándolo  con desfachatez se sintió bella y feliz.

Lista para ofrecerle todos los placeres carnales, bebió su vino, se levantó y salió del bar.

Listo para recibir el infierno de su vientre, él la siguió.

El diablo desde su cárcel de papel fue feliz.  

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