Seudónimo: Beatriz Irlanda.
Autor: Asier Rey.
¿Quién me puede dar otra botella? ¿Quién
puede saciarme del mismo modo? Ah, mi vieja aldea, ¿por qué quieres
abandonarme? Vivo casi ciego, todo son sombras en mi mirada y tú, tú, te
empeñas en emerger de la nada ante mis ancianos ojos.
Yo te pinté; sí, te plasmé sobre un
lienzo en toda tu plenitud, tu asquerosa y nauseabunda negritud. Eran nuevos
tiempos, donde todos intentaban ser alguien en la bulliciosa París y muy pocos
conseguían sobrevivir a su alocado frenesí. Llegué a la ciudad epatado, como un
niño maravillado con los candiles y las velas que convertían aquella villa en
la Ciudad de la Luz. Luché por hacerme un hueco, me codeé con los maestros, me
aferré a mis pinceles. Entonces, tú apareciste de entre mis recuerdos para
darme una idea que mostrar al mundo entero. Un cuadro irrepetible.
Pero el tiempo pasó, yo envejecí y tu
otrora oscura silueta se iluminó con las bombillas que comenzaban a asomar por
todas partes. Ya no eras la ciudad encantadora que conocí... solo una aldea mal
alumbrada.
Ahora, empapado en alcohol, venero tu
recuerdo que me abandona lentamente hasta casi desvanecerse. La oscuridad, tu
oscuridad, termina por poseerme.
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