INTRODUCCIÓN
Cuando
me preguntan si recuerdo el momento exacto en que nacieron mis historias puedo
contestar que sí en algunos casos, por ejemplo, la idea para Eso me vino a la
cabeza cuando escuchaba el sonido de los tacones de mis botas sobre un puente
de madera mientras pensaba en una canción infantil, como este ejemplo podría
darles varios más pero esto no es lo que nos ocupa el día de hoy sino esté
pequeño relato que escribí junto a mi hijo Joe.
Una
tarde vino Joe de visita y me enseñó una página en dónde se perfilaba la
historia de un tipo cualquiera en un bar hablando con una mujer sumamente
hermosa, tan hermosa que no se atrevía a mirarla de frente, después de leerla
varias veces nos pusimos a garabatear ideas en un cuaderno, al final de la
visita guardé su hoja mecanografiada con la mía llena de mi, a veces,
indescifrable letra y por desgracia nos olvidamos de ella hasta que llegó el
momento de hacer espacio en mi atestado despacho y llevé esta historia, junto
con algunas otras, a la Biblioteca Raymond H. Fogler en dónde pueden
encontrarla, si es que les interesa, dentro de la caja número 1012.
Por
alguna razón estos personajes reaparecieron en cabeza hace unos días y se que
no me van a dejar en paz hasta que vuelque su historia en palabras, pero no
solo quieren eso, quieren que cuente la historia en forma de guión televisivo,
quizá entre mis lectores constantes haya alguno que quiera llevar a la pantalla
esta pequeña historia.
Pues
allá vamos mis Lectores Constantes, espero que la mayoría de ustedes disfruten
con esta colaboración entre mi hijo mayor y yo. Y si no la disfrutan espero que
puedan perdonarme y lean alguna otra cosa.
Largos
días y placenteras noches les deseo a cada uno de ustedes.
STEPHEN
KING
Bangor, Maine, 30 de julio del 2017
PRIMERA
PARTE
EL
BAR
I
FUNDIDO
1
Exterior, calle fuera del hotel,
Ledge Cove, Maine. Noche.
La
calle está desierta, vemos a nuestro personaje principal masculino desprenderse
de las sombras y cruzar la vía para entrar en el hotel. En la fachada distinguimos
un gran letrero que dice: Bienvenidos a “La Convención” con grandes letras
doradas perfiladas en negro.
FUNDIDO
2
Interior, lobby del hotel. Noche
Hay
algunas personas en el lobby del hotel, sentadas en parejas o en grupos más
grandes, riendo y pasándoselo bien, al lado izquierdo del escritorio de
recepción están los elevadores y podemos ver algunas parejas muy acarameladas
listas para seguir la fiesta en sus habitaciones. Del lado derecho están las
puertas que conducen al bar del hotel, algunas personas salen ya es tarde y
quedan pocos clientes.
Entra
a cuadro Lucien. Lleva un sombrero cuya ala le ensombrece la cara y una
gabardina negra larga, con el cuello levantado, no se distinguen sus facciones.
Toda su indumentaria es negra excepto por la camisa que es blanca.
FUNDIDO
3
Interior, bar. Noche
Lucien
entra en el bar y lo recorre con la mirada, el lugar está prácticamente vacío
solo quedan algunos clientes en la mesa del fondo y una pelirroja vestida con
un ceñido vestido gris claro sentada en uno de los taburetes del centro de la
barra. Ella parece sentir su mirada y levanta la vista hacia el gran espejo que
ocupa toda la pared detrás de la barra, en ese instante Lucien se quita el
sombrero y cubre su cara con el, sus miradas no se encuentran. Ella inclina su
rostro como para concentrarse en su bebida y él se dirige hacia ella.
Lucien
toma asiento junto a ella.
LUCIEN:
Hola Ángel.
Ella
se estremece pero no voltea a verlo.
ÁNGEL:
No puedo creer que estés aquí.
LUCIEN:
Yo tampoco, estuve a punto de no venir pero me dije a mi mismo: ¡que diablos! Han pasado tres años bien
puedo darme el lujo de ir un momento y conversar.
ÁNGEL:
¿Solo un momento?
Ángel
sonríe pícaramente como si su intención hubiera sido preguntar ¿solo conversar?
El
cantinero se acerca.
CANTINERO:
Buenas noches señor, bienvenido a “la convención” ¿qué le sirvo?
LUCIEN:
Whiskey en las rocas por favor.
El
cantinero se retira a servir el trago mientras Lucien se acerca a Ángel pero
sigue sin mirarla de frente.
LUCIEN:
Estas hermosa Ángel, como siempre.
ÁNGEL:
¡Adulador! Deberías decírmelo de frente.
Lucien
frunce el entrecejo y se retira unos centímetros como si ella lo hubiera
golpeado.
LUCIEN:
Lo haría si pudiera y lo sabes.
El
cantinero coloca el trago frente a Lucien y se retira, él levanta el vaso y lo
inclina un poco hacia ella.
LUCIEN:
Por los reencuentros.
ÁNGEL:
Y por lo que pueda pasar en ellos.
Brindan
y ambos beben, claramente podemos ver como suspiran cuando dejan sus vasos
vacíos en la barra, la mano izquierda de Lucien casi roza la mano derecha de
Ángel.
ÁNGEL:
¡Tres años! Ahora que estoy aquí siento que se fueron volando.
El
camarero se acerca y rellena los tragos.
ÁNGEL:
Aunque no puedo decir que las cosas hayan cambiado, en realidad todo sigue
igual, la misma monotonía de siempre.
LUCIEN:
No te creo, ¿cuántos años tiene Taylor ahora? ¿quince? Las cosas
definitivamente deben de ser más interesantes que cuando tenía doce.
Ángel
pone cara de fastidio y apura el trago, cuando el camarero se acerca le
arrebata la botella de las manos y se sirve ella misma. Lucien le quita la
botella, rellena su trago y devuelve la botella al cantinero.
ÁNGEL:
Se nota que tú no tratas con adolescentes ¿doce? ¿quince? No importa, siempre
hay un pretexto para hacer drama y para decir que no vale la pena vivir ¡no
tienes idea de la cantidad de navajas de afeitar que he tenido que esconder
para que a Taylor no se le ocurrieran malas ideas! Y encima el mentado Netflix
y las redes sociales presentando el suicidio como una opción viable para llamar
la atención ¡Claro que llamas la atención! Lo que no se ponen a pensar es que
ya no estarán ahí para recibirla.
Poco
a poco su voz sube de volumen, cuando llega al final de su discurso toma el
vaso con las dos manos como si estuviera anclándose a la realidad.
ÁNGEL:
Lo siento, han sido tres años pesados, lo único que me ha ayudado a superarlos
es saber que este día llegaría y tener la certeza de verte aquí, por un momento
me asuste cuando comenzó a hacerse tarde y tú no aparecías.
LUCIEN:
Estuve a punto de no venir.
Lucien
toma la mano de Ángel y entrelaza sus dedos. Ella vuelve su rostro hacía él y
mira su perfil estupefacta, no puede creer lo que está escuchando. Él sigue
mirando al frente.
LUCIEN:
Para mi estos tres años han sido maravillosos y muy productivos, se puede decir
que la balanza se está inclinando a nuestro favor, por cada navaja que tú
escondes yo pongo diez al alcance de manos necesitadas de “sentir algo, lo que sea” o para los que quieren terminar con todo
de forma rápida. Lo que no saben es que cuando terminan “aquí” siguen “allá” y “allá” es donde a mi me importan, donde
los quiero para que por toda la eternidad sigan alimentando el fuego que
necesitamos, que necesito para seguir existiendo, para seguir influyendo; para
que las redes sociales sigan haciendo ovejas fáciles de manejar por mi, ovejas
que cada vez pasan más de ti y de los tuyos Ángel, lo siento, pero así son las
cosas y así seguirán siendo hasta el fin.
Ángel
lo mira con horror pero no suelta su mano, poco a poco su expresión se vuelve
una de aceptación.
ÁNGEL:
Sé como son las cosas, estoy aquí por ti y lo sabes, esta “Convención” es el
único día en que tenemos permitido fraternizar con el enemigo, olvidarnos de
nuestras responsabilidades, de nuestras diferencias y de la lucha constante entre
nuestros bandos. Hoy solo quiero que seamos tú y yo en mi habitación, sin nada
entre nosotros.
Ángel
se levanta y conduce de la mano a Lucien hacia la salida del bar.
FUNDIDO
4
Interior, Lobby. Noche
Ya
es muy tarde y el Lobby esta desierto, están casi frente a los elevadores
cuando Lucien se detiene.
LUCIEN:
Espera Ángel, no voy a subir.
Ella
mira sin comprender el pecho de él, en ningún momento levanta la vista para
verlo a la cara. Lucien toma su mentón y la obliga a mirar hacia arriba,
horrorizada ella se tapa la cara con las manos.
ÁNGEL:
¿Qué haces? Lo único que no tenemos permitido es mirarnos de frente a los ojos.
¡Por favor Lucien! Sube conmigo, te necesito. Han sido tres años de no poderte
sacar de mi mente. Te quiero.
Lucien
obliga a Ángel a descubrirse la cara, la mira directo a los ojos aunque le hace
daño.
LUCIEN:
Se que me deseas Ángel, puedo sentirlo y yo también te deseo con la misma
lujuria o incluso más por ser quien soy. Te creo cuando dices que me quieres y
que constantemente piensas en mi pero lo que yo quiero es amor. Un amor al que
pueda mirar de frente sin sentir el dolor que siento cuando miro tu increíble
luz. Esta es la última vez que nos vemos Ángel, por fin lo comprendí. Sé quien
soy y sé lo que soy y por fin estoy dispuesto a entregarme por completo y a
admitir que solo la oscuridad me ama.
Lucien
le besa la frente a Ángel. Da media vuelta y sale por la puerta del hotel
dejándola a ella sola y con el rostro bañado en lágrimas.
FUNDIDO
A NEGRO.
FIN
- FIN -
Está bien escrito, pero es breve: no me hizo sentir.
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