Por Marcos Flores Salgado.
-Ahí viene uno…
vamos déjalo dentro de nuevo- Un duro golpe se escuchó en el interior del balde
seguido de un chillido y luego varios más que se apagaron con el auto que cruzó
el puente iluminando a los chicos con sus focos encendidos. Pasó y se perdió
del otro lado del parque.
-Tómalo ahora y hazlo.-
El chico metió una mano dentro del balde presionando una masita felpuda y
blanda que soltó un chillido al ser presionada, lo levantó y entre sus manos lo
sujetó mientras desde el puente se escuchaba el rugido del agua pasar rauda
bajo ellos.
Era una noche
tranquila… muy tranquila, pocas personas circundaban el parque a esas horas y si alguien conocido los
hubiera visto en el puente, de seguro se habría preguntado qué hacían a esa
hora fuera de sus casas.
-…Anda hazlo ya.-
El chico de cabellos tan rubios presionó contra su cuerpo aquella figurita que
se acurrucó contra su cuerpo buscando calor, gimiendo a ratos.
-Sabía que no debíamos
traer a este maricotas…- Dijo un chico acomodándose la gorra. -Solo con verlo
se puede saber que no es capaz de hacerlo.-
-¡Maricotas!-
Gritó otro escondido entre ambos chicos.
-No es que no
quiera, ¿No hay otra solución?-
-¿Acaso quieres
que mi mamá lo haga a su manera? Ella les amarra una bolsa con aceite en la cabeza…
para que se ahoguen y luego de eso, les prende fuego, así su cuerpo se hace más
chiquito cuando se carbonizan y no debe hacer un hoyo tan grande. ¿Quieres eso
acaso?
-No es tan difícil,
mira…- Tomó una de las pequeñas creaturas que ladró tímidamente cuando la
cogió. -Solo la tomas y…- Retrocedió su brazo agachándose un poco regresándolo
hacia adelante y lo soltó en el momento justo en que creyó había hecho la mayor
fuerza ejercida.
Todos los chicos
vieron como el perrito dió vueltas en el aire y más de alguno creyó haberlo escuchado
gemir mientras giraba tiesamente.
-¡Wow!- Dijo uno
de los chicos al ver la altura que tomó la creatura. Luego de eso un gran
splash se oyó en el agua y los gemidos se detuvieron, atrapados por la
corriente del caudal.
-¡Ese sí que fue
un gran lanzamiento!- Dijo uno de los chicos mostrándole una de sus palmas
abiertas y el otro la golpeó celebrando la victoria.
-Vamos es tu
turno…-
El niño presionó
contra su cuerpo la masita que buscaba calor y corrió en dirección al parque,
con el fin de esconderse entre los árboles, pero rápidamente fue atrapado por
los muchachos que le quitaron al perrito de entre sus manos. Volvió a pasar un
auto iluminando sus caritas algo enrojecidas por el frío de la noche, dejando
ver el vapor que sobresalía por sus bocas a cada respiro.
-¡No lo hagan!
Prometo cuidarlo…- Intentó zafarse de los brazos de los niños que lo tenían
agarrado pero era imposible.
-No puedes
hacerlo, y lo sabes… hemos escuchado a tu mamá gritándote porque no lavaste la
loza, no aguantará que tengas un perro en casa… ¡Ella no te quiere!- El chico
lanzaba al aire la cría de perro que daba algunas vueltas y gemía cortando el
aire de la noche y volvía a caer en las manos del chico para ser lanzado
nuevamente.
-¡A ti tampoco
te quiere tu mamá! ¡Y ese moretón que tienes en el brazo te lo hizo ella, te
pegó… nadie te cree que te caíste!-
El chico
presionó al cachorro entre sus manos enterrando los dedos entre sus costillas a
lo que inmediatamente el perrito gritó de dolor. -Tráiganlo al puente…- Ambos
chicos arrastraron al niño contra su voluntad hasta el puente dejándolo al
borde del mismo, observando el brillo que se desprendía de las aguas al atrapar
un haz de luz de los focos circundantes.
-Esto es para
que me respetes…- Estiró el brazo hacia fuera de la barandilla del puente y
abriendo sus dedos dejó caer al cachorro que dio vueltas en el aire antes de
golpear la superficie de agua y perderse en ella.
Y los demás
chicos siguieron lanzando a los cachorros sin importar que los autos los vieran
hacerlo. Y sin importar que uno de ellos lloraba en silencio.
Fin
Eli:
ResponderEliminarFuerte, aunque siento que la última frase, la del cierro frenó un poco la fuerza de la historia. Pero es solamente mi opinión. Me gustó, saludos.
Muy impactante... salvo el hecho de los aspectillos de la edición la historia esta bien llevada a un termino que... aunque cruel, puede ser real. Muy real.
ResponderEliminarTe recomiendo usar los guiones de diálogo (— alt 0151) y no los comunes de la compu que son (-) jajaja aunque acá no se nota mucho la diferencia. jajajaja... y maneja más espacios. el espacio facilita la lectura y le marca pausas correctas a la historia.
Dramático, cruel, muy fuerte...
ResponderEliminarLograste que me metiera en la piel del protagonista que no quiere arrojar al cachorro, y que sufriera como él. Eso es muy meritorio.
Te felicito.
¡Saludos!