Seudónimo: Mike Noonan.
Autor: Carlos Ultraman.
Autor: Carlos Ultraman.
I
Había una vez dos amigos que pese a ser
diferentes no eran muy distintos. Uno de ellos se llamaba Mordecai y era un
pájaro de plumas azules. El otro era Rigby, un mapache de cola aplanada. Ambos
vivían en la misma casa y compartían los mismos gustos: los juegos de video,
las películas, las golosinas y el trabajo. Bueno, el trabajo no les gustaba
mucho. Pero lo hacían igual. A veces.
Mordecai y Ribby trabajaban en el Parque, un
enorme predio tapizado de césped, con muchos árboles y plantas, con lagos para
pasear en bote, senderos para ir en bicicleta o a pie, lugares de acampe,
puestos de comida, juegos y otras atracciones. El Parque era propiedad de
Papaleta, un simpático anciano con cabeza de chupetín y de eterno buen humor.
El jefe de Mordecai y Rigby era Benson, un dispenser de chicles gruñón, mandón
y casi siempre malhumorado (las más de las veces por culpa de Mordecai y Rigby,
justamente) que recorría el Parque en un
carrito de golf supervisando los trabajos que se hacían. Y los que no.
Fantasnmano (un fantasma con una mano en la
cabeza), Skip (un yeti forzudo y bonachón), Musculoso (un monstruo verde retacón
y también bastante iracundo) y Thomas (una cabra haciendo su pasantía) también
habitaban aquel sitio.
¿Les hablé sobre los gustos de Mordecai y Rigby,
cierto? ¿Les dije que les gustaban las películas, no? Bien. La historia empieza
con ellos terminando de ver una película de terror. Están en el sillón de la
sala de la casa que comparten y Margarita y Eileen están con ellos. ¿Qué
cosa? Ah, perdón… Margarita y Eileen
trabajan en la cafetería del Parque. Margarita es una pajarita rosa de la que
Mordecai está enamorado (y ella también parece estarlo de él) y Eileen es una
topo de anteojos y aspecto intelectual, que siente especial debilidad por
Rigby. ¿Listo? Bien, sigamos.
—“Vampiros bajo el agua” es la mejor película
que he visto jamás —grita Rigby sacando la cinta del video-reproductor y
alzándola sobre la cabeza.
Mordecai asiente y poniéndose al lado de su
amigo alza sus brazos-ala y juntos ensayan un baile ritual mientras gritan “Uuuuoooohhhh” desfilando por la sala.
—Es una buena película sí, pero a mí me dio
más miedo “Zombies de Marte” —acota Margarita desde el sillón. Eileen aprueba a
su amiga con un gesto.
—¿Qué? ¿Es una broma? ¿Zombies de Marte?
—Rigby la mira y luego mira a su amigo Mordecai buscando apoyo —¿Puedes creer lo que dice está chica?
—Bueno, quizás “Zombies de Marte” sea una
mejor película que “Vampiros bajo el agua”, Rigby —apunta con timidez Mordecai
recibiendo, de inmediato, una cálida sonrisa de parte de Margarita.
—Ambos están locos. —desestima Rigby abrazando
la cinta que tiene en sus manos —Sólo yo podría hacer una película mejor que
esta querida “Vampiros bajo el agua”
—¿Tú? Pero, ¿qué estás diciendo? —Se asombra
Margarita atragantándose con las ultimas palomitas de maíz del recipiente sobre
la mesa —Tú no eres director de cine.
Rigby la mira entrecerrando los ojos
y se marcha subiendo las escaleras.
—¿Adónde va? –Quiere saber
Margarita. Mordecai se encoge de hombros Casi enseguida se oyen ruidos en el
piso de arriba. Cosas que se caen, cosas que se mueven de lugar… y luego los
pasos apurados de Rigby bajando la escalera. Cuando llega a la sala lleva en
sus manos un papel.
—Aquí tienen: Diploma de Honor como
Director de Cine de la Academia Por Correo Ed Wood. ¡Y con las mejores calificaciones!
—completa orgulloso. Mordecai, Margarita y Eileen observan el documento.
—Guauuu, Rigby, te felicito. —saluda
Eileen, embelesada.
—Si, compañero. Felicitaciones —lo abraza Mordecai
---¿Y qué película filmaste? —pregunta Margarita en tono desdeñoso —Para
ser director de cine no basta tener un diploma,. Hace falta tener una película.
Y tú no filmaste ninguna. ¿O si?
Rigby da un salto y le arranca el
diploma de las manos a la pajarita rosa. Está de mal humor y se le nota al
hablar, porque muestra sus pequeños y filosos dientes.
—Para que lo sepas, Margarita, tengo
muchas y muy buenas ideas para hacer una película. Y puedo hacerla cuando yo
quiera —remarca.
—Eso sería genial. ¿Por qué no
filmas una película, Rigby? –Mordecai, entusiasmado, abre sus brazos —Nosotros
seríamos tus actores y el Parque, el escenario perfecto.
—Por supuesto que voy a hacerlo. Y
ya mismo voy a llamar a los demás para que sean parte de este proyecto. —El
mapache alza el teléfono y uno por uno va llamando al resto de sus vecinos.
II
Un rato más tarde Benson, Papaleta,
Skyp, Musculoso, Fantasmano y Thomas están en la sala escuchando a Rigby.
—Vamos a filmar una película. Yo
seré el director, productor, guionista y me encargaré de seleccionar a cada uno
para el papel que tendrá —anuncia.
—Es una gran idea. Oh, que emocionante.
Voy a ser actor. Actor. ¡Actor! Seré un noble caballero que llega a un castillo
a pedir la mano de una hermosa chica de la alta sociedad. —Se entusiasma Papaleta
dando pequeños saltitos.
—¿Qué cosa? ¿Cuál caballero? ¿Cuál dama? —interrumpe
Rigby. —No vamos a hacer una película romántica. No señor.
—Claro que no. Tenemos que hacer
cine de aventuras. Una historia de espionaje —Musculoso forma una pistola con
su mano y se agacha un poco mientras sigue hablando —Yo haré de agente secreto
que se infiltra en una siniestra organización que quiere destruir al mundo y…
—¡No, no, no! Tampoco será una
película de espionaje, Musculoso. — grita Rigby encarándose al pequeño monstruo
—Además, ¿dónde has visto un agente secreto de color verde? ¿Cómo podría ser
secreto si es ver-de? —remarca ofuscado.
—La única película que debería
filmarse es un documental –apunta Benson con una voz calmada cuyo tono va
subiendo paulatinamente —Un documental que muestre cómo se trabaja en el Parque
y como el encargado del mismo se ocupa de que todos cumplan sus obligaciones y
no se la pasen ¡perdiendo el tiempo con tonterías! —Luego se vuelve a serenar y
termina —Por supuesto que yo soy el indicado para el papel de protagonista, y
ustedes harían muy bien los papales de empleados y, de paso, no descuidarían sus obligaciones diarias.
—Alto. Basta, Stop —. Reclama Rigby
colocándose en medio de la sala para atraer la atención de todos. —No haremos
una película romántica, ni una de espionaje, ni tampoco un documental ridículo.
Yo soy el director, productor y guionista y por lo tanto quien va a decidir qué
cosa vamos a filmar.
Todos hacen silencio. Los ojos se
clavan en Rigby quien se calza una gorra
y tomando un megáfono proclama:
—¡Haremos una película de terror!
—¡¡¡De terror??? —corean todos.
—Si, de terror. Y será la película más
terrorífica de la historia. Asustará más que “Zombies de Marte” o que “Vampiros
bajo el agua”. Está película será algo nunca visto
Todos gritan y festejan el anuncio.
¿Todos? Bueno, no todos. Benson, malhumorado murmura en un rincón
—Esto sólo será una pérdida de
tiempo. Una terrorífica pérdida de tiempo.
III
A la mañana siguiente, en una
ventana del primer piso de la casa de Papaleta, está asomada Eileen, luciendo
un vestido con una enorme flor en la pechera; y detrás de ella flota
Fantasmano. Ambos miran hacia afuera, hacia el jardín desde donde Rigby dicta
instrucciones usando el megáfono mientras ocupa una silla en cuyo respaldo se lee
“Director”. Mordecai está a su lado con una filmadora en la mano. El resto de
los habitantes del Parque se ubican detrás, expectantes.
—Bien, en esta escena Eileen estás
mirando hacia tu jardín. De pronto oyes un aullido detrás ruyo. Entonces giras,
ves a Fantasmano y das un tremendo alarido. ¿Entendido?
—Si, señor —responde Eileen haciendo
un saludo militar. Fantasmano alza el pulgar para dar su conformidad.
—Muy bien, silencio todos. ¿Cámara
lista, Mordecai?
—Cámara lista, Rigby
—Entonces… ¡Acción! —ordena el
mapache.
Arriba, en la ventana, Eileen
contempla extasiada hacia afuera por unos segundos. Luego Fantasmano emite un
“booo” casi inaudible y la chica gira… y en ese momento empieza a gritar y a
sacudir las manos como si un enjambre de abejas la estuviese atacando. Y eso es
lo que pasa, precisamente. Atraídas por la flor que luce prendida al vestido,
un grupo de abejas que anidaba en el techo de la casa han volado hasta ella y
la acosan con sus zumbidos.
Eileen, desesperada, manotea a ciegas procurando cubrirse, pierde el
equilibrio y cae por la ventana deslizándose por el techo. Cuando éste se
acaba, va a dar a un enorme charco de barro casi a los pies de Rigby y Mordecai.
Cubierta de lodo de pies a cabeza, la pequeña topo se levanta, chorreando agua
sucia.
—¡Corten! ¡Corten! —grita Rigby. —Magnífico.
Estupendo. Has estado perfecta, Eileen
—Pero… pero… —la atribulada Eileen
alza sus brazos dejando caer más lodo.
—¿Vamos a dejar esto así? —pregunta
Mordecai.
—Claro que si, amigo. Acabamos de
contemplar el nacimiento de un nuevo personaje siniestro para mi película: Aquí
tenemos a ¡Ely, La Criatura del Pantano!
Detrás de él, Benson mueve la cabeza
murmurando “Qué terrorífica pérdida de tiempo”
IV
Poco después todos se han mudado al
sótano de la casona. Allí sobre una mesa está acostado Papaleta. Una sábana le
cubre el cuerpo, y en la cabeza alguien le ha dibujado una fea cicatriz con un
marcador negro. A su lado, Musculoso viste un guardapolvo blanco que le queda
enorme. Contra una pared, sobre otra mesa, hay botellas y vasos con líquidos
multicolores, una radio vieja y un televisor encendido pero no sintonizado en
algún canal y que muestra una tormenta de puntos negros y blancos.
—Ahora veremos la creación de una
abominable monstruosidad: el Monstruo de Papaletakein —anuncia Rigby. Mordecai se
inclina para hablarle al oído.
—¿Por qué no es Musculoso el
monstruo y Papaletra el doctor? Sería más lógico.
—No, no, amigo Mordecai. No sería
lógico. Sería inaceptable. Las películas son magia, y en la magia uno hace que
las cosas que son algo, parezcan otra. ¿Entiendes el concepto?
—¿Qué debo hacer, director Rigby?
—pregunta, ansioso, Musculoso. El mapache le da las instrucciones y luego se
acerca a Papaleta que mantiene su infantil sonrisa.
—Oh, si. Seré una criatura malvada y
terrorífica. Oh, qué emoción. —Rigby lo mira. Va hasta un rincón, revuelve en
una caja y regresa hasta Papaleta. Usando pegamento le adosa un corcho a cada
lado del cuello.
—Listo. El toque final. —Se coloca
junto a Mordecai y da la orden de filmar. —¡Acción!
Musculoso deambula por la habitación
oprimiendo botones de la radio y la TV, mirando el contenido de las botellas, y
contemplando a Papaleta inmóvil. Por fin, éste comienza a alzar un brazo.
—¿Está vivo! ¡Está vivo!–grita
Musculoso y (apartándose del guion) se quita el guardapolvo y lo revolea por
sobre su cabeza. Una manga golpea una botella y la vuelca. El líquido cae sobre
la TV y produce una chispa que genera un incendio. En un minuto todo el sótano
se llena de humo.
Todos logran salir, tosiendo y
cubiertos de hollín. Skyp, llevando una larga manguera se encarga de apagar el
incendio antes que afecte a toda la casa.
—¿Filmaste todo? ¿Lo tienes?
—consulta Rigby a Mordecai.. Cuando su amigo dice que si, el mapache se pone a
saltar de felicidad. —Genial. Colosal. Soy un genio.
V
A lo largo del resto del día siguieron filmando escenas… y siguieron los
accidentes: Benson fue atropellado por el carrito de golf (pintado de rojo,
como si fuese un auto demoníaco) que conducía Margarita con una máscara
demasiado grande cubriéndole la cabeza; Skyp, disfrazado de mono, cayó al
intentar trepar a una torre armada con mesas y sillas mientras sostenía una
muñequita en una de sus manos y Thomas acabó en el fondo de una tumba falsa
luego de enredarse en una capa de vampiro que llevaba puesta.
—Bien. ¡Corten! –gritó por última
vez Rigby —Ya hemos terminado.
Apaleados, sucios y cansados todos marcharon
a sus casas. Benson, renqueante, se fue murmurando “Qué terrorífica pérdida de
tiempo”..
—¿Crees que haya salido bien?
—preguntó Mordecai a Rigby.
—¿Bromeas? Esto será asombroso,
amigo.. Mañana a la noche vamos a estrenarla. Y será inolvidablemente
terrorífica. Espantosamente inolvidable.
Y así fue, queridos amigos.
Inolvidablemente terrorífica. Espantosamente inolvidable.
A la noche siguiente todos
contemplaron una sucesión disparatada y desprolija de manos, garras, gritos,
humo, fuego, lodo, patas, pies, más gritos, aullidos, risas infantiles (de Papaleta,
claro), ojos, colmillos y nuevos gritos, que se sucedieron sin sentido en la
pantalla durante una larga hora y media.
Eileen y Margarita huyeron
despavoridas en mitad de la película, Skyp se marchó en silenció poco después
de verse apagando el incendio del sótano, Musculoso comenzó a dar saltos de
alegría cuando apareció en la pantalla una mano suya haciendo flamear el
guardapolvo, Papaleta no dejaba de aplaudir cualquier escena, Fantasmano
flotaba impaciente esperando ver su imagen en el televisor y Thomas lloraba
todavía dolorido por el golpe que se dio al caer en la improvisada tumba.
Cuando la cinta terminó, Mordecaii felicitó a
Rigby con un afectuoso abrazo y ambos danzaron por la sala al grito de “Uuuuuuoooohhhh.
Lo hicimos, lo hicimos!”. Así fueron subiendo la escalera rumbo a sus cuartos.
Mientras, sentado frente al televisor
ya apagado, Benson seguía meneando la cabeza mientras repetía “Vaya. Esto sí que
fue terrorífico. Realmente terrorífico”
- FIN -
Consigna: Fuiste elegido por los creadores de «Un show más» para que escribas el cuento en el cual se basarán para realizar la película animada de la serie. Confiamos en que no escribirás un episodio más, sino la historia más disparatada, terrorífica y delirante que se pueda imaginar para un film. Deben participar todos los personajes que trabajan en el parque, el resto vos decidís quiénes deben estar. Extensión: mínima tres páginas (completas), máxima seis páginas.
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