sábado, 11 de junio de 2022

El Amigurumi

                                                                                                            2 de octubre del 2022

Querida Julia:

No puedo creer que mi bebita ahora es mamá de su propio retoño.

¿Recuerdas mis amigurumis? Esos muñecos tejidos con gancho que empecé a hacer hace unos años, siempre me preguntabas el porqué hacerlos, sin hijos pequeños y sin nietos para dárselos, bueno para mí, un amigurumi es la forma que tiene el artesano de trascender, de dejar un poco de sí mismo en este mundo para los demás, puntada a puntada el artesano entreteje con el estambre un poco de su amor, de su corazón e incluso a veces un poco de su tristeza, tristeza que se transforma en amor y alegría cuando el nuevo dueño recibe esa pieza y se enamora de ella y la abraza y vuelca su amor en ese pequeño muñeco.

Siempre he vivido en mi mundo de fantasía, tejiendo figuras basadas en personajes, incluso personalizados… estos son mis favoritos: recibir las fotos de mis clientes, estudiar a la persona e intentar infundir un poco de su personalidad en la pieza tejida, esto se puede lograr con el color del cabello, el peinado, los ojos bordados para darle un poco más de personalidad, la ropa… en fin todo eso es importante, pero lo más importante es que los Amigurumis no llevan boca ¿por qué? Te preguntaras… porque el fin de los amigurumis es ser tu compañero, recordarte lo que era ser niño y guardar todos tus secretos, por eso es que no llevan boca.

Hice algo malo o bueno, según desde donde lo veas, recuerdas tu amigurumi personalizado, ese que te regalé cuando cumpliste diez años, mientras lo hacía tejí un gemelo, un gemelo para quedármelo yo… mientras los tejía ponía en ellos todo mi deseo de protegerte, de saber siempre lo que te sucedía, de conocer lo que pensabas y lo que te angustiaba, lo que te alegraba y lo que te preocupaba, así que te regale un amigurumi sin boca para que le confiaras todos tus secretos y me quedé con su gemelo con boquita para que me lo contara todo, y de alguna manera ¡funcionó!

Se que siempre has pensado que mis instintos maternos eran tan fuertes que siempre tenía las palabras exactas para resolver lo que te preocupaba, o la prudencia para dejarte caminar sola por la vida, lo cierto es que tuve ayuda, mucha ayuda ya que era como si tu misma me contaras todo, aunque se que hay cosas que no querías que supiera.

Ahora que te conviertes en madre estoy segura que vas a comprender porque hice lo que hice y también sé que si antes no te había interesado que te enseñara a tejer, conforme tu hija crezca es probable que quieras aprender.

Sabes que puedes venir y hablar conmigo cuando quieras, o simplemente contárselo a tu amigurumi y yo lo sabré y te ayudaré en todo lo que pueda, mientras tanto sigo aquí, entre lanas y ganchillos viendo nacer muñecos un punto bajo a la vez.

Con amor

Mamá

Escrito por Eli de la Parra

Consigna: Escribe un relato del género que desees con el título de «El amigorumi».

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